México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
“La locura”, decía Albert Einstein “es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”. Según eso, el Senado de Estados unidos está completamente loco.
Y es que no había modo. La votación sobre el DREAM Act en el Senado hace una semana estaba destinada a fallar. Por novena ocasión, el Senado hizo lo mismo y esperó un resultado diferente.
Claro, la locura no es del “Senado”, esa parte del Congreso que tiene 100 personas que más bien no están locas porque todas son millonarias. Más bien es de la gente que decide qué va a pasar en el Senado; los que decidieron que había que votar por novena vez la propuesta de ley del DREAM. Fue hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente.
“Lo mismo”, era esperar que el enemigo se pusiera del lado de los inmigrantes y le hiciera el favor al partido Demócrata de ganarle el voto latino para 2012. Era esperar que los Republicanos se suicidaran políticamente, le regalaran la reelección a Barack Obama y le dieran otro chance a los Demócratas de reconquistar la mayoría en la Casa de Representantes.
Por eso era obvio. Lo que se votó en el Senado no fue una propuesta de ley, sino la estrategia electoral del 2012.
Por un lado, tenemos un Partido Demócrata que durante un año y medio tuvo mayoría absoluta, 60 votos, en el Senado, y mayoría absoluta en la Casa de representantes. Hacer las cosas de manera diferente hubiera sido votar por el DREAM el 21 de enero de 2009, al otro día que Barack Obama tomó posesión en la Casa Blanca. O podían haberla votado en marzo de 2009 o en septiembre o en diciembre, o lo podrían haber hecho a principios de este año o a en el verano.
Pero no. Se esperaron hasta que no había chance de aprobarla. La pusieron a votación días antes de las elecciones en las que sufrieron una derrota histórica, como última jugada a ver si se volvían a ganar el voto latino que les había dado esas mayorías.
Les funcionó en un par de lugares, como Nevada, en donde hubiera sido el colmo absoluto que el líder de la mayoría del Senado perdiera la elección. Harry Reid se reeligió solamente con la ayuda del voto latino.
Ayudando Al Enemigo
Pero la votación de diciembre estaba decidida de antemano. Después de haber gozado de mayorías absolutas en las dos cámaras y tener la presidencia durante dos años, los Demócratas demostraron que les importan más los billetes y les vale sombrilla la gente. Obama y sus compinches transaron la reforma de salud, transaron la reforma de los impuestos y no pararon la guerra (nomás la cambiaron de país). Ah, y no aprobaron ninguna reforma migratoria. En corto, todas las promesas se quedaron en eso, en promesas.
Pero algo hicieron diferente. Entre Barack Obama y Janet Napolitano, su jefa de Seguridad Nacional, se las arreglaron para deportar a un número récord de inmigrantes indocumentados, unos poquitos menos de 400 mil este año, y el doble en sus dos años de presidencia. Para cuando llegue el momento de iniciar las campañas electorales para el 2012, a mediados del próximo a, habrán sido poco más de un millón. Eso equivale a toda la población de Detroit, y a más de la población de todo san Francisco.
Eso me hizo recordar a Barack y el estúpido pretexto que puso la última vez que hablamos por teléfono, cuando le recriminamos que hubiera votado a favor del muro en la frontera con México, “Hay que dar un poco”, nos dijo, “para conseguir otro poco”. Creía que votando a favor del muro los Republicanos le iba a dar no-sé-qué.
La bronca, como en la frase de Einstein, es que lo sigue creyendo y sigue haciendo lo mismo esperando resultados diferentes. Creyó que deportando a 400 personas, padres de familia, madres de niños nacidos en Estados Unidos; creyó que le iban a envolver para regalo de Navidad el DREAM Act y asegurarle el voto latino para que se reelija en 2012.
Para mí, que los Republicanos calcularon que a los latinos se los van a ganar poniendo a algunos latinos como candidatos en el 2012, aunque se pasen todo el 2011 votando tarugadas contra los inmigrantes. A la cabeza de la lista, tal vez como vicepresidente, va a ir Marco Rubio, el recién estrenado senador latino (cubano), de Florida. La teoría es que él va a contrarrestar todos los votos de los Republicanos contra los inmigrantes de los próximos dos años.
Para mí, esa es la definición del DREAM Act; pensar que si le haces el trabajo al enemigo el enemigo va a ayudarte a seguir en e poder. Pero el enemigo tiene otros planes, y ni Obama ni los inmigrantes son parte de su plan.
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