EE.UU.: campaña para evitar el voto latino

Está impulsada por los conservadores. 

Perspectiva:
 Por Eduardo Stanley

    Hace unos días se difundió un video invitando a los latinos de Estados Unidos a no votar en las próximas elecciones ya que Obama los había “traicionado” al prometer una reforma migratoria en su primer año de gobierno pero no cumplió.

    El anuncio fue producido por Latinos for Reform, una agrupación desconocida liderada por Robert De Posada, ex director de Asuntos Hispanos del Comité Nacional del Partido Republicano.

    Este video llamó la atención de activistas y organizaciones latinas, quienes han dedicado años y muchos recursos para promover el voto en esta comunidad, tradicionalmente poco representada en el poder.

    Entonces, ¿por qué pedir a los latinos que no voten? El video esta producido por un activista Republicano y su intención es impedir que más latinos voten, ya que habitualmente favorecen a los Demócratas. De acuerdo a datos del Pew Hispanic Center, 66 por ciento de los latinos simpatizan con los Demócratas, en comparación del 22 por ciento que se inclina por los Republicanos.

    Este video pone en evidencia la campaña “secreta” para fomentar el pesimismo electoral entre latinos.

Promesas

    Muchos latinos han expresado frustración y hasta desilución por la promesa incumplida del presidente Obama de producir una reforma migratoria al principio de su administración. Y muchos periodistas y medios latinos se han hecho eco de este estado de ánimo.

    El voto latino ayudó a que Obama ganara las elecciones en estados claves en 2008, como en Colorado y California. Por lo tanto, esta comunidad tiene derecho a exigir que se cumpla la promesa de una reforma migratoria.

    Pero en política las cosas siempre son más complicadas.

    Obama cumplió algunas de sus promesas electorales a pesar de la feróz oposición de los Republicanos y los ataques incesantes de la derecha más radical, parte de la cual se refugia en el “Tea Party”: la reforma de salud no es un logro menor —no olvidemos que los Republicanos prometieron eliminarla y por eso quieren ganar las elecciones del 2 de noviembre y controlar el Congreso—.

    La asistencia financiera a los bancos por parte de Obama, a diferencia de la administración Bush, fue a cambio de obligarlos a ayudar a parte de los dueños de casa para que puedan quedarse en sus casas, en medio de una crisis de bienes raíces sin precedents en este país.

    Y ahora busca eliminar privilegios fiscales para las empresas que cierran total o parcialmente sus operaciones en EE.UU. y se radican en el extranjero, propuesta considerada un sacrilegio por los Republicanos pero que en realidad elimina empleos (y por lo tanto también menos impuestos que recibe en estado).

Pesimismo

    Se busca influenciar a los latinos también por medio del pesimismo, de manera sutil. Por ejemplo, el presentador de noticias de Univisión, la cadena de TV en español más popular del país, Jorge Ramos, se dice “desilucionado” por Obama. Y agrega que el presidente tiene “un problema de credibilidad” con la comunidad latina por no cumplir su promesa de una reforma migratoria (artículo publicado por www.politico.com el 11 de agosto del 2010).

   El columnista Ruben Navarrete va más lejos y titula su columna del 10-10-10 publicada por el Sacramento Bee “Para qué molestarse en votar”.

   En ella, Navarrete describe cómo las promesas incumplidas por los políticos convierte a los votantes en cínicos y conformistas. Pero ahora, el presidente Obama incumplió “la madre de todas las promesas” y por lo tanto los latinos tienen derecho a sentirse deprimidos, frustrados y decididos a no votar, dice Navarrete.

   Jorge Ramos, al menos, expresa preocupación ante la posibilidad de que los latinos no voten. Pero es poco considerando la popularidad que tiene Ramos, y después de insistir una y otra vez en la falta de credibilidad de Obama y dudar de su liderazgo, sin analizar que parte de sus problemas provienen de la encarnizada oposición Republicana.

   La campaña contra Obama tiene en estos momentos características raciales y de clase como pocas veces hemos presenciado en la historia reciente del pais. Y va más allá de un partido político.

   Aquí vemos la mano de una persistente campaña de desprestigio contra la administración actual, que se inició el mismo día en que Obama asumió su presidencia, y de la cual participan decenas de organizaciones a lo largo de todo el pais, muchas de ellas bien financiadas.

   Lo curioso es que los Demócratas parecen no promocionar los logros de Obama.

   Al contrario, muchos actúan como si tuvieran que justificarse. Son muy pocos quienes defienden, por ejemplo, la reforma de salud como un avance social ‹incluso con las limitaciones que contiene. Esta reforma haría reir a más de un activista europeo ya que en muchos países del llamado “viejo continente”, y hasta en algunos países de América Latina, el acceso a la salud pública no es tan complicado y limitado como en EE.UU.

   La prensa latina debería también destacar los esfuerzos de Obama para enfrentar la crisis económica. En este sentido, recordemos que ésta se inició durante la administración Bush, quien no sólo no hizo nada, sino que se negó a implementar programas de inversiones públicas y transfirió dinero a los bancos sin cuestionarles su responsabilidad en la crisis.

   No hay que ser muy inteligente para entender quién está detrás de las campañas contra la administración actual; quién financia a tantos grupos radicales y difunden ataques con acusaciones tan infantiles como el “socialismo” de Obama de la misma manera que hasta hace poco difundían rumores sobre su posible religión musulmana, su posible origen extranjero, etc., etc.

   Algunas de estas organizaciones promueven el pesismismo, se “solidarizan” con los latinos y les dicen, “mejor no votes, así aprenden a respetarte!”

   ¿Hace falta decir que son los Republicanos quienes se oponen a una reforma migratoria?, ¿los que pasaron la malintencionada ley SB 1070 en Arizona? ¿Hay que insistir que son ellos quienes impulsan una reforma constitucional para evitar que los hijos de los indocumentados tengan la nacionalidad estadounidense? ¿Y que son también los de ese partido quienes se oponen salvajemente a la (tibia) reforma de salud que beneficiará a millones de personas? ¿Y que son los del GOP (Partido Republicano) quienes se niegan a ponerle reglamentos a los bancos para que puedan seguir esquilmando a los trabajadores? ¿Y que ese partido pide y exige “menos impuestos” para beneficio de las grandes empresas, quienes a su vez reciben estímulos fiscales para cerrar las fábricas aquí y llevan sus operaciones al extranjero?

   Es necesario recordar estos datos. Porque así entenderemos por qué los Republicanos quieren que los latinos estén enojados con Obama: para que no voten (porque la mayoría lo hace por los Demócratas) y para distraerlos de las evidencias del desprecio Republicano hacia nuestra comunidad y sus intereses politicos y sociales.

   Por ejemplo, la famosa y despreciable propuesta de ley HR 4437, de 2005, la más fanática propuesta antiinmigrante en el Congreso de EE.UU., fue presentada por James Sensenbrenner, diputado, si claro, Republicano (de Wisconsin). En repudio a esta propuesta, millones de personas marcharon en 2006, obligando a los congresistas a retroceder en su apoyo a dicha propuesta. 

Las próximas elecciones

   El 2 de noviembre los latinos deberían doblar la apuesta: salir a votar masivamente. De lo contrario, le darían la razón a quienes piden que no voten. Y si los Republicanos retoman el control del Congreso, ya no habrá reforma migratoria y propuestas como la SB 1070 (de Arizona) se multiplicarán por todo el país. Y ¿a quién se le exigirán respuestas?

   Los logros de los latinos han sido lentos y difíciles. No podemos darnos el lujo de no votar.

   Hoy, más que nunca, tenemos un gran compromiso con las urnas el martes 2 de noviembre.

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