México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
“El hombre”, dice el refrán, “es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra”. Y no es por insultar a nadie, pero el presidente Barack Obama parece estar haciéndole honor al refrán a cada rato y con vehemencia.
Después del fracaso de su estrategia para lograr la aprobación de contrabando del DREAM Act en el Senado dizque escondiéndola en la iniciativa del presupuesto del ejército para el próximo año, Obama y los Demócratas volvieron a insistir en que “necesitan a los Republicanos para aprobar la reforma migratoria”. Curioso… después de ser derrotados por los Republicanos, insisten en que los necesitan. Y necesitar derrotas se me hace raro como estrategia política, pero en fin.
Para convencer a los Republicanos, o al menos eso dijo Obama hace un año, fue que se implementó el famoso programita de “Deportación de los Extranjeros Criminales” y para eso se fijó la absurda meta de deportar a 400 mil inmigrantes este año. Y la verdad se andan pasando de animales con el programa.
En Houston, hace unos días se conoció del caso de Luis Alberto Delgado, ciudadano estadounidense que se pasó 85 días de vacaciones forzadas en México, deportado por no hablar buen inglés. Lo pescó la Patrulla Fronteriza el 17 de junio en un retén carretero en el sur de Texas, y a pesar de mostrar su certificado de nacimiento del Hospital Ben Taub de Houston, su tarjeta del Seguro y una identificación del estado de Texas, terminó por ser deportado “voluntariamente” y se refugió con sus parientes en Tamaulipas, en donde se crió después del divorcio de sus padres. Volvió después de que su ‘amá, quien vive en Michoacán, viajó a la frontera con más documentos para probar su ciudadanía.
A Diane Williams, de Louisiana, le fue peor. La arrestaron también en Houston y la acusaron de ser Angelique Bethany Cortez Rodríguez, ciudadana de Honduras. Según la ley le toca al detenido demostrar su inocencia, y Williams no pudo, así que la confinaron en una de las cárceles que Seguridad Nacional que renta a una corporación privada. Dice que no la dejaron ver un abogado, que no le dieron cuidado médico durante semanas, y no permitieron que tomara las medicinas que le receta su doctor, y cuando la amenazaron con dejarla 4 años en la cárcel, prefirió que la “deportaran” a Honduras, pensando que desde allá podía resolver la bronca.
Trauma Más Trauma
Pero los hondureños si le creyeron a Williams, y entonces la enjaularon allá… ¡¡¡por no tener papeles!!!! Por ser una gringa ilegal, diríamos. En la cárcel de Honduras “le negaron ir al baño, durmió en el suelo y la asaltaron sexualmente”, dice su abogado. Volvió, después de 72 días de cárcel, cuando la familia consiguió su liberación y la embajada gringa le prestó la mitad del costo del boleto del avión.
Y ya por no dejar, la administración de Obama está deportando veteranos de guerra. Valente Valenzuela y su hermano Manuel están peleando contra su deportación. Los dos pelearon en Vietnam, Valente fue herido, le dieron una Medalla de Bronce por su heroísmo y tiene Síndrome de Estrés por Trauma, como muchos veteranos, y reciben terapia regularmente.
Valente tiene 62 años, ambos son hijos de una ciudadana estadounidense que se los trajo a vivir con ella y los dos son residentes permanentes. Y como muchos veteranos dañados por la guerra, tuvieron broncas con la policía, sobre todo por los daños resultado de la guerra. “Llevo 42 años lidiando con el Síndrome de Estrés por la guerra”, dice Valente, “Tengo Agente Naranja en las manos (químico que los gringos vaciaron en Vietnam para matar gente, cosechas y animales). Tengo la piel descolorida por el Agente Naranja, tengo quemaduras de bala en el estómago y he tenido tres cirugías”.
Todo eso, a la Migra le vale sorbete. Aunque Valente y su hermano hayan pasado por sus respectivos procesos criminales y penales, aún califican para ser deportados bajo el Programa de Extranjeros Criminales, cortesía de las modificaciones de ley de otro Demócrata, Bill Cinton, que convirtió muchos delitos menores en crímenes si los cometen los extranjeros.
Así pues, si la Migra no encuentra pandilleros, gangsters, homicidas, narcos y otros delincuentes de verdad, siempre le quedará el recurso de ir a los hospitales de veteranos y buscar a los que no sean ciudadanos. Haber servido en el ejército no es excusa ni pretexto.
¡Y todo con tal de “convencer” a los Republicanos para que haya reforma migratoria! ¿Cuántas veces más se tropezarán estos animales con la misma piedra?
Contacto Jorge Mújica Murias at mexicodelnorte@yahoo.com.mx