México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
Con la novedad de que el Senado de Estados Unidos podría tener audiencias dentro de poco para la reforma. Más novedad todavía es que las audiencias estarán dirigidas, si se llevan a cabo, por cuatro republicanos, empezando por el líder de la minoría, Mitch McConnell, más Jon Kyl, John McCain y Lindsey Graham.
Estos últimos son, supuestamente, los Republicanos que apoyan una reforma migratoria… o más bien apoyaban, del verbo “antes si pero ahora ya no”, y la reforma que quieren discutir no es la migratoria, sino la de la 14ª Enmienda de la Constitución. Dirá el lector que a nosotros qué nos importa que cuatro republicanos discutan la Constitución gringa, pero la cosa es que si la cambian le podrían quitar la ciudadanía de Estados Unidos a millones de niños latinos y de otros inmigrantes.
La Enmienda 14 de la Constitución otorga la ciudadanía a todas las persona que nazcan entre la rayita donde termina México y la rayita donde comienza Canadá, además de un par de docenas de islas repartidas por todo el planeta y Alaska. Se aprobó el 9 de Julio de 1868 y comienza diciendo que “Todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y por lo tanto sujetos a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del estado donde residen”. Se aprobó para darle ciudadanía a los esclavos liberados y sus hijos después de la Guerra Civil.
Pero eso dicen los Republicanos que quieren cambiar porque, afirmó Lindsey Graham a Fox News “el derecho a la ciudadanía por nacimiento es un imán que atrae ilegales a Estados Unidos”. Pa’ completar la burrada, agregó el polítiquero que se trata de contrarrestar el “turismo natal”, que describe como el negocio de “agencias de viajes de China y Turquía que venden paquetes de viaje designados para que las mujeres embarazadas den a luz en Estados Unidos”.
Con un argumento así se convence a cualquiera: ¡imagínese el lector a cien millones de mujeres chinas viniendo a parir a Estados Unidos cada año por tres años! ¡Para 2015 seríamos los Estados Chinos Unidos!
En Manos del Enemigo
El argumento es idiótico y el objetivo no son los chinos, sino los hijos de los indocumentados. Y no es nada nuevo. En 2008 el Partido Republicano discutió una propuesta de enmienda que decía “Para ser ciudadano estadounidense se necesita que por lo menos uno de los padres sea ciudadano de Estados Unidos y ninguno que haya violado las leyes de inmigración”. No se aprobó porque “podría dañar la candidatura de John McCain”.
Para cambiar la Constitución se necesita el voto de dos terceras partes de cada Cámara del Congreso, más la aprobación 34 legislaturas estatales, lo cual significa que la propuesta no va a ningún lado… excepto a la tiznada. Como los delegados Republicanos se dieron cuenta hace dos años en su Convención, quitarle la ciudadanía a los bebés no resolvería el tema de los indocumentados sino que los haría aumentar, y en vez de tener que legalizar a 12 millones tendrían que legalizar a 16.
La pregunta entonces es: ¿por qué proponerla?, y la respuesta es simple: elecciones.
Al parecer, el Partido Republicano simplemente decidió que los latinos no deciden nada aunque voten. En otras palabras, en vez de tratar de volver a ganar los votos latinos moderando su palabrería anti inmigrante, McCain y sus tropas están tratando de ganar votos de la comunidad blanca que sigue siendo la mayoría de los votantes. Y le están peleando esos votos al Partido Demócrata, que los ganó en la elección presidencial de Obama. La cosa aquí no es la ciudadanía de los hijos de los indocumentados ni las turistas chinas embarazadas, sino de la posición ideológica de Estados Unidos respecto a los inmigrantes en general y de qué tan a la derecha está la discusión del tema migratorio.
El Partido Demócrata respondió mediante el congresista José Serrano, quien en un editorial, afirmó que “la Constitución solamente debe cambiarse para mejorar, no para empeorar”, y llamó la atención al hecho de que el cambio constitucional no afectaría a los indocumentados sino a sus hijos ciudadanos.
La única respuesta de la administración de Barack Obama vino de Janet Napolitano, la Migra mayor, quien se dijo “sorprendida” porque los Republicanos “presentan esta idea en vez de sentarse a discutir la reforma migratoria”. Lo malo es el resto de su declaración. “La reforma migratoria depende de la cooperación de los Republicanos, no la pueden hacer solamente los Demócratas”.
Eso es como decir “la reforma migratoria depende de los enemigos de los inmigrantes”. Es rendirse. Para mí que si los Republicanos no se merecen ni un voto latino, los Demócratas tampoco.
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