Importancia de las remesas

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<p>&nbsp;&nbsp; Después de una dosis de fútbol, de sueño y felicidad, la gente vuelve a la realidad. Para mala suerte, esa realidad todavía está empañada por una economía débil que se resiste a recuperarse, no quiere retomar la vía de la estabilidad y está empecinada a caminar a pasos minúsculos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Una de las áreas económicas más afectadas ha sido el sector financiero de las remesas. La gente ya no está en condiciones de enviar dinero a sus países de origen, o duda mucho en hacerlo a pesar de que en sus tierras sus familiares adolecen de necesidades básicas.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Las remesas del año pasado no fueron nada comparados con el 2008. De acuerdo al Fondo Interamericano de Desarrollo (BID), en 2009 América Latina y el Caribe recibieron remesas por unos $58,000 millones, 15 por ciento menos que el año previo.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Lo anterior fue el primer año calendario en que se registró una caída desde que el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID comenzó a analizar este tipo de transferencias de dinero en 2000.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; ¿Qué significa el bajón de las remesas? ¿Quiénes son los más afectados a nivel macroeconómico?</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Las remesas son positivas tanto en el país que la emite como en el país receptor. En los Estados Unidos, por ejemplo, el capital que se dispersa a través de las remesas sirve como un mecanismo extra para atenuar elevadas tasas de inflación. En América Latina, el dinero que reciben los familiares de los inmigrantes es utilizado para cubrir la “canasta familiar” y para hacer otras pequeñas inversiones.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; En un periodo de recesión, el monto de envíos por parte de un país disminuye, debido a que el “remesero” no tiene un ingreso personal capaz de solventar gastos extras. En consecuencia, las empresas que proveen estos servicios se debilitan. Al mismo tiempo, el Estado y sus agencias gubernamentales dejan de nutrirse del gravamen y los impuestos que normalmente van acompañados con el envío de dinero.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Por otra parte, en el país receptor, el dinero enviado, que habitualmente sirve para cubrir gastos básicos, como comida, renta, educación de los hijos, ahora es casi inexistente. Sus ingresos se debilitan al no percibir capitales a través de los impuestos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; En este sentido, la economía del país receptor se desestimula. Los gastos de las personas decrecen, la inversión se reduce al no haber compradores. El gobierno deja de operar como estado benefactor. El sector público se debilita, las escuelas no funcionan en forma normal, algunos profesores y trabajadores públicos se convierten en las primeras víctimas del debacle económico. Asimismo, los despidos no solamente acechan sino que son parte inminente del sector privado. En general, toda la economía se debilita y muchos en la sociedad sienten su efecto negativo.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Sin embargo, de acuerdo a los últimos cálculos del BID, las remesas aumentando. No son los mismos datos que brillaban durante el apogeo económico, pero si ofrecen un mejor escenario económico que el año anterior.</p>
<p>&nbsp;&nbsp; Cuanto más incrementa las remesas, las condiciones económicas de quienes hacen su utilidad lógicamente van a ser mejores. Así, este tipo de transacciones nos dan una pauta interesante del estado económico de los inmigrantes en este país. A mayor remesa, mejores son sus ingresos.</p>
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Humberto Caspa