México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
Por definición, “movimiento” significa no estarse quieto. En el caso del “movimiento inmigrante” en Chicago, las últimas semanas han cumplido la definición. En Broadview, suburbio donde se localiza el centro de detención de la Migra local, 24 activistas fueron arrestados después de sentarse en la calle a la hora que se abrieron las rejas para que salieran las camionetas rumbo al aeropuerto para llevar a docenas de detenidos al aeropuerto. La acción impidió la deportación de algunos inmigrantes, aunque haya sido por unas horas o días.
Dos días después, medio centenar de activistas armaron una protesta a la entrada del estadio de béisbol de los Cachorros de Chicago, con carteles y volantes en contra de la SB1070, la ley de Arizona que autoriza el arresto cualquier persona “por sospechosa”, y dos días más tarde decenas de miles de personas salieron a las calles el Primero de Mayo, no solamente en solidaridad con los inmigrantes de Arizona, sino para recordarle a Barack Obama que ese día estaba marcado como fecha límite para actuar en el tema de inmigración.
Y lo interesante del caso, más allá de las tres movilizaciones, ha sido la respuesta a las mismas. Por un lado, por artificioso que parezca, los líderes Demócratas presentaron en Washington, un día antes del “deadline”, otra propuesta de plataforma sobre inmigración. Harry Reid y Richard Durbin respondieron, por así decirlo, a la fecha planteada por el movimiento. Lo que presentaron es una chorrada llamada REPAIR “REPARAR”, que desglosada quiere decir Aplicación Real con Respuestas Prácticas para la Reforma Migratoria.
Uno no puede más que desear que el tiempo que se pasan buscándole nombrecitos a las propuestas lo usaran en cosas prácticas, porque la REPAIR consiste, desde el nombrecito, en “Tener éxito para operar la frontera de manera que se evite la futura inmigración ilegal”, mediante la “detención, arresto y remoción” de indocumentados; el “fin de la contratación ilegal mediante medidas biométricas de verificación de empleo”; el “registro obligatorio, aceptación de la responsabilidad y castigo administrativo de los extranjeros no autorizados a estar en Estados Unidos”; una “reforma para aumentar la eficiencia del sistema migratorio” y, por lo menos, la “reforma del sistema migratorio para maximizar la prosperidad económica americana” (subtitulado como “legalización”), basado en la “inmigración de trabajadores con altas calificaciones, la inmigración de personas con bajas calificaciones y la promoción de la integración familiar”.
Una Semana Cada Semana
De la REPAIR nos ocuparemos en otras columnas, porque otras reacciones de la semana fueron también interesantes. Para empezar, el Alcalde de Phoenix, Arizona, Phil Gordon, declaró que va a demandar legalmente a su estado contra la SB1070, porque “lo que se necesita es una reforma total de inmigración que legalice a los inmigrantes indocumentados que ya están aquí, una forma legal para que los trabajadores temporales trabajen con libertad y más visas para los mexicanos que quieran emigrar legalmente”.
Pero las mejores reacciones, como buen fanático del béisbol que soy, fueron en este ámbito. Primero, el Sindicato de Jugadores Profesionales de Béisbol se manifestó contra la SB1070. Michael Weiner, Director Ejecutivo, dice que se opone a la ley y que “esperamos que sea rechazada o modificada rápidamente. Si entra en efecto, el Sindicato considerará futuras acciones para proteger los derechos e intereses de nuestros miembros y sus familias”. Y dice “nuestros miembros”, no por algunas estrellas del beis, sino de miles de chamacos de las ligas menores, 140 latinos esta primavera, en las ligas menores.
Luego brincó el relevista de los Medias Blancas Sergio Santos, nacido en Califas pero con historia de inmigrantes. “Estoy contra la ley. Creo que la mayoría de quienes vienen quieren una mejor vida. Mi abuelo trabajó en los campos de California y mandaba dinero a México… mi mamá vino con visa y creo que mi papá vino sin papeles”.
Siguió Ozzie Guillén, único manager inmigrante que ha ganado una Serie Mundial: “Me desilusiona la ley de Arizona. La gente viene aquí a trabajar, no a hacer nada malo. Este país no puede sobrevivir sin todos los latinos. Perdón, pero pruébenme lo contrario. Aquí hay mucha gente que quiere pasársela frente a la computadora y mandar e-mails. Nosotros hacemos el trabajo duro, somos los que salimos a trabajar en el sol, todo el día, para mejorar este país”.
Terminaron la tanda el pitcher mexicano de Arizona, Rodrigo López, diciendo que “Arizona ha sido mi casa durante los últimos cuatro años y ahora podrán detener a una persona por el simple hecho de parecer latina”, y el jonronero mexicano de los Padres de San Diego, Adrián González, declarando no solamente que no asistirá al Juego de Estrellas de 2011 si la ley antiinmigrantes está vigente, sino que “le gustaría que la oficina de Grandes Ligas boicoteara los campos de entrenamiento que se realizan cada año en Arizona”.
En fin, esta semana, los peloteros se volvieron parte del “movimiento”. A ver a quién reclutamos la semana que viene…
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