México del Norte
Jorge Mújica Murias
O no pasa nada o por lo menos no pasa nada bueno, nada que nos guste. Hablo de Washington, y de la cacareada idea de la reforma migratoria, por supuesto.
Para cuando el lector tenga esta columna en las manos, posiblemente andemos en Washington, en lo que se llama la Marcha Nacional por la Reforma Migratoria, el 21 de marzo.
Es primavera, y estamos llegando más o menos al límite posible para la aprobación de lo que sea en Washington este año. De aquí en adelante las elecciones primarias van a tomar preferencia, y los legisladores estarán en sus distritos tratando de convencer a sus electores de que son la última coca en el desierto y merecen ser reelectos y seguir ganando 154 mil dólares al año.
En un último intento, docenas de organizaciones, muchas de ellas realmente instituciones sin membresía pero con personal pagado y millones de dólares, se pusieron de acuerdo para presionar a Obama y lanzaron la iniciativa de la Marcha Nacional.
Al parecer el llamamiento a la marcha tuvo su efecto, y Obama accedió a reunirse con algunos de estos directores ejecutivos y con un par de senadores, los lideres Demócrata y Republicano, Check Schumer y Lindsey Graham. Janet Napolitano, jefa de Seguridad Nacional y a quien Obama encargó de la reforma hace un año, debía haber estado en la reunión pero no estuvo.
Pero de todas formas, “no pasó nada”. Obama sacó una declaración muy penca sobre la reunión, básicamente diciendo que sigue comprometido con la reforma pero necesita más tiempo.
Schumer no declaró nada al parecer, o al menos nada de importancia, porque ningún medio de comunicación reportó lo que haya dicho.
Pero Graham. si declaró, y declaró que no hay nada. “Yo creo que los Demócratas moderados tienen que apuntarse (a reformar el sistema migratorio) antes de que se apunten los Republicanos, y los Republicanos tienen que apuntarse antes de que le entren los Demócratas”. Peor aún, dice Graham que “la falta de dirección de Obama en el tema le echa haciendo difícil reclutar Republicanos a la supuesta reforma.
O sea, que hay que darle atole con el dedo a todo el mundo y no hay nada.
Hay que hacer que pase algo…
Es curioso que al salir de la reunión comenzaran a circular rumores de que si estaba pasando algo, y correos electrónicos pidiendo “darle las gracias Graham y Schumer por su liderazgo”.
Mas curioso todavía, es que a la misma hora en que Obama se reunía con los senadores, un tal Carlos Pascual, que trabaja de Emabajador de Estados Unidos en México, declaraba en el Senado mexicano que “el clima de confrontación política en el país, debido a las elecciones de noviembre, impiden que se discuta el tema”. Por si eso no fuera suficientemente claro, reportan los medios noticiosos mexicanos, Pascual agregó que “deberán pasar al menos dos años para que el tema de la inmigración llegue a la legislatura de Estados Unidos”. A renglón seguido, se puso a hablar de las supuestas bondades de la Iniciativa Mérida y la lucha contra el narco.
Salvador Cardona, Director en México de una cosa llamada the American Dream Community Agency, la Agencia Comunitaria del Sueño Americano, más rápido que enseguida respondió que “Estas declaraciones del Embajador en México muestran una clara contradicción entre la Casa Blanca y sus representantes. Más al punto, es una bofetada a los miles de activistas y organizaciones que han trabajado tan arduamente para realizar una Reforma Migratoria Justa. La Casa Blanca nos tiene que aclarar esta contradicción”.
La Casa Blanca no ha respondido nada, ni a Cardona ni a nadie.
Entonces, ¿qué va a pasar después de la marcha?
Pues nadie sabe, y los Directores Ejecutivos que se reunieron con Obama menos. Algunos hablan de “darle un tiempo a Obama”, y otros de “acciones de desobediencia civil”, pero tampoco aclaran cuáles ni cuándo.
Mientras tanto, el movimiento civil, los que no son directores de nada, anda bien movidos. Han circulado docenas de e-mails con rumores de que la Migra va a pedir papeles a los clientes de WalMart, a los de Western Union, y a los de docenas de changarros locales. Ninguno es cierto, pero las tiendas van a resentir los efectos.
Por nuestra parte, para que “pase algo”, creo que habrá que impulsar muchas acciones después de la marcha, incluyendo boicots y desobediencias civiles, pero hay que darle fecha a todo para que sea una acción unificada y tenga chiste. Para mi, la fecha es el Primero de Mayo.