Sueños y pesadillas: La historia no contada de la UFW

<p><strong>El Sol</strong></p>
<p><strong>&nbsp;VISALIA</strong> — Tarde o temprano tenía que ocurrir: la publicación de un libro que narra “la otra historia” del Sindicato de Campesinos (UFW), con entrevistas de protagonistas que dedicaron años de su vida al sindicato, al Movimiento que giraba a su alrededor y que, en su mayoría, endiosaron a su líder, César Chávez.</p>
<p><a class="highslide" onclick="return vz.expand(this)" href="/sites/default/files/2009/12/Book-2.JPG"><img loading="lazy" class="alignright size-medium wp-image-3720" title="Book (2)" src="http://laprensa-sandiego.org/wp-content/uploads/2009/12/Book-2-201x300…; alt="Book (2)" width="201" height="300" srcset="https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2009/12/Book-2-… 201w, https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2009/12/Book-2… 613w" sizes="(max-width: 201px) 100vw, 201px"></a>&nbsp;“The union of their dreams” (La Unión de sus sueños, en español, aunque “union” también significa sindicato en inglés), escrito por Miriam Pawel y publicado por Blooms-bury USA / Walker &amp; Company, está escrito de manera ágil, alternando testimonios con documentación histórica, lo que hace su lectura casi un pasatiempo.</p>
<p>Pero lo más importante, es que expresa la voz y la opinión de protagonistas de esta historia apasionante y turbulenta al mismo tiempo que no había sido registrada antes y que contradice en gran medida la “historia oficial” de la UFW.</p>
<p>“Conocí gente que había trabajado para la UFW y esta experiencia cambió sus vidas… Quise saber más de esa experiencia, cuál era el poder de ese movimiento”, explica Miriam Pawel, la autora del libro, quien dedicó tres años a esa tarea. “Se trata de uno de los movimientos sociales más importantes del siglo XX”.</p>
<p>Pawel se basó en el testimonio de ocho personas que llegaron a ser organizadores de la UFW y cuyos testimonios se van entrelazando, mientras la historia del Movimiento crece, generando cambios sociales y también personales.</p>
<p>“Estos testimonios representan historias que representan historias que se encuentran en un momento histórico y producen un movimiento poderoso”, dice Pawel, de 51 años, periodista de profesión y residente de Pasadena. La historia de la UFW empieza a comienzos de los 60s y sus éxitos no pueden explicarse solamente por el carisma y energía de su líder, César Chávez, sino por el inmenso aporte de cientos y miles de voluntarios que compartían ese deseo de justicia social y la convicción de que juntos podrían hacerlo realidad.</p>
<p>Los logros del UFW son conocidos. Lo poco conocido es cómo se obtuvieron, el esfuerzo y el desgaste de sus protagonistas y finalmente el ocaso.</p>
<p>Ya a mediados de los 70s, algunos conflictos internos en la UFW fueron creciendo y las confrontaciones no tardaron en aparecer. Pero Chávez, quien había empoderado a los campesinos, les había enseñado a organizarse y exigir justicia, no estaba dispuesto a compartir el liderazgo de la UFW.</p>
<p>“Cuando vine, tenía control absoluto […] el pastel entero era mío. Era un pastel pequeño. Pero era mío. Después fue creciendo. Intento seguir siendo el propietario (del pastel)”, dijo Chávez —página 221 del libro— como una explicación por lo que vendría: la expulsiones de organizadores y líderes de los que Chávez pensaba le podían comer el pastel.</p>
<p>Uno de ellos, Eliseo Medina, es hoy un reconocido sin-dicalista y su participación en la UFW está documentada en el libro “The union of their dreams”.</p>
<p>“Soy migrante, vine de Zacatecas, México, buscando una vida mejor. Y encontré mi camino en el sindicalismo”, explica Eliseo Medina, hoy dirigente del sindicato de trabajadores de servicios, SEIU. “Por medio de un sindicato los trabajadores pueden mejorar sus vidas, sus sueldos y beneficios”.</p>
<p>Medina explica así su vocación, su pasión por or-ganizar. Esta energía lo llevó desde jóven a ser parte de la UFW, y cuando las “purgas” internas lo dejaron afuera, siguió por el mismo camino.</p>
<p>Medina se siente complacido por la publicación del libro de Pawel. “Lo que allí se discute es verdad”, dice de manera contundente. “Tuvimos grandes triunfos, pero desgraciada-mente, después se nos des-carriló el tren —pero no quita lo positivo”.</p>
<p>“Nunca dejamos de organizar”, dice Sabino López, de Salinas al explicar esa energía o vocación que lo llevó a dedicar toda su vida a causas sociales. “Siempre buscamos mejorar las condiciones de los campesinos”.</p>
<p>El aporte de López al crecimiento y consolidación del Movimiento en el Valle de Salinas está ampliamente documentado en el libro.</p>
<p>Tuvo que salir en 1983 por negarse a atacar a otro orga-nizador, acusado por el entorno de Chávez de querer boicotear a la UFW. Ese organizador, Mario Bustamante, es otro activista cuya vida se narra en el libro.</p>
<p>Bustamante se destacó, al igual que López, por organizar Comités de Ranchos en el Valle de Salinas. Estos grupos serían la base del sindicato, según lo expresado por el propio Chávez —solo que después se negó a cumplir sus propios planes.</p>
<p>“Después de la UFW, formamos un grupo en Gilroy que denunciaba los abusos de los contratistas”, dice Bustamante. “Pero entonces hasta la UFW nos atacaba… Es que si ellos no lo hacen, no dejan que otro lo haga”.</p>
<p>López, nacido en el DF, llegó a Estados Unidos en 1966 y trabajó primero en el campo. La aparición del Sindicato lo llevó a entregarse a la causa. “En México había visto que los trabajadores sindicalizados viven mejor, tienen más beneficios”.</p>
<p>Al salir de la UFW consiguió trabajo en la Ayuda Legal Rural de California (CRLA) de Salinas. Pero la UFW presionó para que fuera despedido. Fue entonces a trabajar al sur del estado, con Eliseo Medina. “Siempre había escuchado hablar de él y fue entonces cuando lo conocí”, dice López con un tono divertido.</p>
<p>Hoy López trabaja en el Center for Community Advocacy, una organización ubicada en Salinas que ayuda a campesinos y personas de bajos ingresos en aspectos de vivienda, salud y educación.</p>
<p>Tanto Bustamante —nacido también en el DF y quien actualmente reside en El Centro— como López consideran que la situación laboral y de vida de los campesinos es peor que hace 40 años.</p>
<p>“Peor!”, exclamó Bustamante. “Hoy los campesinos ni siquiera tienen trato con el patrón”. La solución, piensa este veterano organizador, es crear otro movimiento. “La gente está lista!”.</p>
<p>López coincide. “Sí, se necesita un nuevo movimiento, grande!”.</p>
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Eduardo Stanley