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<figure id="attachment_38373" aria-describedby="caption-attachment-38373" style="width: 300px" class="wp-caption alignright"><a href="http://laprensa-sandiego.org/etc-etc-etc/sporting-news/pobre-rico-detes…; rel="attachment wp-att-38373"><img loading="lazy" class="size-medium wp-image-38373" src="http://laprensa-sandiego.org/wp-content/uploads/2017/01/tfeqf732myk9xxn…; alt="Denis Poroy/AP Images" width="300" height="189" srcset="https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2017/01/tfeqf73… 300w, https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2017/01/tfeqf73… 800w" sizes="(max-width: 300px) 100vw, 300px"></a><figcaption id="caption-attachment-38373" class="wp-caption-text">Dean Spanos (Foto: Denis Poroy/AP Images)</figcaption></figure>
<p>Tu novia ya te dijo que no le interesas.</p>
<p>Te ha repetido una y mil veces que ya no pases a buscarla al trabajo, que no le llames nunca más, que ya no la molestes.</p>
<p>Por si eso fuera poco, los padres de la muchacha también te cerraron la puerta de su casa.</p>
<p>Los que pretendías fueran tus suegros te advirtieron que no eras bienvenido, que tu presencia los incomodaba, que te mantuvieras lo más alejado posible de su hija.</p>
<p>A pesar del evidente rechazo y despecho del que eres objeto, tú insistes en entrar a la vida de gente que te detesta.</p>
<p>Solo un terco, obstinado, cabeza dura seguiría insistiendo en estar en un lugar donde a nadie le interesa su presencia.</p>
<p>Dean Spanos es un terco, obstinado, cabeza dura que acaba de cometer el mayor de los errores al decidir mudar a los Chargers a Los Ángeles.</p>
<p>El dueño de la franquicia que por 56 años recibió el apoyo incondicional de los residentes de San Diego se va a meter en una casa en donde nadie lo quiere.</p>
<p>Me constan de primera mano los agrios y negativos comentarios de angelinos que no tienen la mínima intención de respaldar al nuevo equipo de la ciudad.</p>
<p>“Este es territorio de los Rams y nada más”</p>
<p>“Si fueran los Raiders, a lo mejor, los Chargers de ninguna manera”.</p>
<p>“Aquí en Los Ángeles, a nadie le interesa los Chargers”.</p>
<p>Son algunos de los comentarios que registré en una plática con amigos la noche posterior al anuncio oficial sobre la mudanza de los Chargers.</p>
<p>Dean Spanos está muy equivocado si cree que el producto mediocre que por décadas ha puesto en el emparrillado le va a redituar en Los Ángeles.</p>
<p>En San Diego, el estadio se llenaba casi en todos los partidos porque los aficionados de esa ciudad amaban incondicionalmente a sus Chargers.</p>
<p>Los sandieguinos sabían año con año que su equipo no iba a llegar muy lejos en la temporada, estaban satisfechos con ver a su escuadra una que otra vez en los playoffs.</p>
<p>El idilio entre los Chargers y los aficionados de San Diego iba más allá de la algarabía de un triunfo o la agonía de una derrota.</p>
<p>La gente de San Diego amaba a sus Chargers porque en lo consideraban un tesoro de su comunidad.</p>
<p>Dean Spanos no encontrará en Los Ángeles ese amor irrestricto e incondicional que alguna vez tuvo en San Diego.</p>
<p>En una ciudad como Los Ángeles, acostumbrada a tener equipos ganadores, franquicias históricas y jugadores convertidos en leyendas mitológicas, los Chargers no tienen cabida alguna.</p>
<p>Poco será el tiempo que pase para que Spanos se dé cuenta que cambiar la fidelidad de sus aficionados en San Diego por un moderno estadio en Los Ángeles será su perdición.</p>
<p>Spanos se dará cuenta que haber dejado su matrimonio de 56 años por una joven y bella tentación le costará perder todo, absolutamente todo.</p>