Por: Paco Zavala
Tijuana es una ciudad noble, cosmopolita, dinámica, acogedora y muy bella, aunque no lo parezca, así es.
Los viejos pobladores de esta tierra de promisión, recuerdan, comentan, añoran el paso de otros tiempos, los cuales es muy difícil que regresen; la panorámica de la ciudad hoy día, es otra, que no tiene nada que ver con esa época dorada y romántica.
Por estas fechas decembrinas, en esos tiempos, cada año, se podía andar por cualquier punto de la ciudad, sin riesgo alguno con la tranquilidad del mundo; caminar a altas horas de la noche por el centro de la ciudad, sin ninguna zozobra o miedo; el auto, podía quedarse abierto y con las llaves puestas y, no había quien se atreviera a abrirlo y robárselo; en fín, nostalgias, tiempos que se han ido y que no volverán.
Tijuana, era visitada por muchos artistas del cine, del espectáculo, de cabaret, cantantes, músicos de renombre tanto nacionales, como no nacionales. Todavía se recuerdan nombres tales como: Jorge Negrete, Javier Solis, Beto “El Boticario”, Tin Tán, Tony Aguilar, Tongolele, Carmela Rey y muchos otros más. En esta ciudad residían más de un mil artistas; en la Avenida Revolución existían cerca de 60 cabarets y todos abrían sus puertas diariamente.
Y ahora, vemos a una Tijuana acosada por la delincuencia y la vivencia diaria de asesinatos, en un baño de sangre permanente, que parece una ciudad en guerra, pero, no es así, no sabemos hasta cuando finalizará, pero finalizará.
Esto anterior fue una pequeña semblanza, para dar entrada a una nota que es un reflejo de aquellos tiempos. En noviembre pasado pudimos apreciar en el Teatro de la Casa de la Cultura Altamira, un espectáculo flamenco, “María Vargas y Sentir Café”, en el que la figura y fuerte personalidad de la cantaora María Vargas se reflejó en el escenario, acompañada por el guitarrista Jorge López Ramos, y por la gracia femenina de las extraordinarias bailaoras Lorena Alvarez y Cynthia del Carmén Quiróz.
La cantaora María Vargas, interpretó coplas y canciones a la usanza española, con su gran voz, caracterizada por su poder y el imán de su fuerza interpretativa; con su canto llenó todos los rincones de la sala, dejando en la audiencia, un agradable sabor de alegría de vivir, sobre todo con la interpretación de temas tales como: Bem bem, María y Mala Hierba.
La intervención del guitarrista Jorge López Ramos, estupendo en sus rasgueos y en sus filigranas y, las bailaoras Lorena Alvarez y Cynthia del Carmen Quiróz, fue extraordinaria, vestidas a la usanza andaluza, bailaron como solo ellas lo saben hacer, con entrega, pasión, donaire, gracia y una técnica depurada y, con sabor a España ¡Olé¡, terminando su intervención artística con el famoso tema “Bambolero” .
El público se arrebató y tributó una verdadera carretada de aplausos en cada intervención de los artistas mencionados.
En otra nota, el tenor tijuanense Marco Antonio Labastida y el compositor argentino Alberto Nuñez Palacio, recibieron el Premio “Agustín Lara”, otorgado por el Patronato Agustín Lara, fundado hace 10 años en los Angeles, Ca. El premio lo recibieron en el Museo de Arte Latinoamericana de Long Beach, CA.