Reforma migratoria: ¿hay esperanza?

LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero

Los eventos políticos de los últimos días en Washington, llevaron a muchos a creer, no sin razones, que el debate migratorio se apagaría y que las esperanzas de que la situación de millones de personas en el limbo se acabarían.

Tras la debacle fiscal que puso de manifiesto las debilidades más ruines del congreso estadounidense, ¿podría la reforma migratoria volver a estar en la palestra? ¿Estarán dispuestos algunos a arriesgar el poco capital político que poseen, con un debate como el que nos ocupa? Está por verse. El espacio está dado para retomar el debate en la Cámara.

Claro, está visto que a la hora de poner en la balanza el bien común y los intereses partidistas, mezquinos o no, ganan los intereses partidistas. Siendo así, la duda es grande. Porque hay quien diría que cabe la posibilidad de que habiendo alcanzado records de impopularidad, el partido republicano quiera recuperarla apostándole a los votantes hispanos, queriendo congraciarse con esa minoría determinante que cuando de urnas y elecciones se trata pesa, y pesa mucho. Es posible.

De acuerdo con la analista demócrata María Cardona, este es un buen momento para que los republicanos “rehabiliten su imagen a los ojos del pueblo americano y demuestren su liderazgo en el tema de la reforma migratoria”, un tema que según la analista cuenta con el apoyo de vastas mayorías.

Si, está claro que el asunto de la reforma despierta muchas simpatías y que la gran mayoría de los estadounidenses están de acuerdo en que es necesaria e imperativa; pero también es cierto que despierta odios y extremismos. ¿Es este un buen momento para traerla a lugar? ¿Puede ser la reforma la punta del ancla de un momento de reconciliación política? ¿O será mejor dejarla en el cajón a la espera de mejores vientos?

Lo cierto, es que, como lo recuerda Simon Rosemberg del New Policy Institue, “estamos más cerca hoy de lo que nunca hemos estado”. De acuerdo con el analista la distancia entre republicanos y demócratas no es tan grande como algunos creen. Rosemberg es optimista y cree que es posible que el presidente Barack Obama este convirtiendo en ley una reforma que saque de las sombras a los más de 11 millones de inmigrantes que viven y trabajan en este país, en pocos meses.

Parece que el presidente Barack Obama comparte su optimismo, a juzgar por su actitud al traer de regreso, hace pocos, días el tema. O ¿será una estrategia? No es muy seguro que la necesite ahora, está claro que la crisis lo fortaleció.

El asunto entonces, es si el debate migratorio es oportuno, si tiene esperanzas y si el clima político es realmente favorable para su aprobación.

Hasta ahora la Cámara no avanza en el debate del proyecto aprobado por el senado. Tiempo congelado. No pasa nada.

¿Qué hacer? No nos quedan muchas opciones. Una claudicar. Olvidarnos de que la reforma no es un lujo si no una urgencia y seguir nuestras vidas como si nada, porque al fin y al cabo, el tema es de los políticos de Washington que priorizan sus necesidades partidistas y demás y eso de que exista un “buen momento” para la reforma es una ilusión.

Dos, nos negamos a permitir que la injusticia se siga haciendo presente en las vidas de millones de personas.

Bajar la guardia, claudicar es aceptar que la justicia no existe, negar la posibilidad de equilibrio en nuestras sociedades y asumir que no merecemos vivir en una sociedad que nos incluya.

Tenemos que seguir participando en nuestras diversas comunidades, asociaciones, sindicatos o grupos de activistas defensores de los derechos de los inmigrantes. Tenemos que seguir estando presentes, si no lo creamos nosotros mismos, el momento nunca llegará.