México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
Se acabó el pretexto (y se demostró que era solamente eso, un pretexto), de que tomar alguna acción ejecutiva en el tema de la inmigración podía poner el peligro las candidaturas Demócratas en las elecciones intermedias.
La catástrofe llegó a Washington de todas formas, con los Republicanos apoderándose de la mayoría de las curules en las dos cámaras del Congreso. Los Demócratas perdieron hasta la camisa, después de haberle dado la espalda a sus electores de hace dos y hace cuatro y hace seis y hace ocho años.
Si, esos son los años en que los Demócratas tuvieron mayoría en el Senado y no hicieron nada en el tema migratorio excepto aprobar la chorrada de propuesta de ley S744 el año pasado, la peor desde que Sensenbrenner en 2005 consiguió que sus compadres Republicanos aprobaran la criminalización de los inmigrantes.
Solamente un 36 por ciento de los electores salieron a votar el 4 de noviembre, en su menor participación desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Por así decirlo, los electores le voltearon la espalda a quienes les han volteado la espalda por muchos años.
La pregunta ahora es qué pasará.
Más rápido que de boleto, Barack Obama dijo que ahora sí hará lo que debió haber hecho hace un año o más: tomar una o varias acciones ejecutivas para aliviar la situación de millones de inmigrantes sin papeles. Sus asesores dicen, por ejemplo, que daría visas temporales a los padres indocumentados de niños estadounidenses.
Todavía no terminaba de hablar cuando el jefe del Comité de Presupuestos del Senado, el Republicano Jeff Sessions, le advirtió que si ejecuta lo que él llama “amnistía ejecutiva”, le van a quitar del presupuesto del año 2015 cada centavo que necesitaría para ejecutar su orden.
Es decir, que si Obama ordena que se procesen tres millones de visas temporales para inmigrantes sin papeles que sean, por ejemplo, padres de niños estadounidenses, el Congreso ordenaría que la Migra use el dinero para arrestar inmigrantes, no para procesarlos. La mentada Orden Ejecutiva quedaría completamente sin efecto.
…Será la Misma Porquería
Lo cual nos lleva de nuevo a entender que en el tema de la migración nadie busca una solución sino jugar a ver quién gana y quién pierde en la política pero sin arreglar nada.
Por más que Obama prometa, su alternativa entonces sería no tomar (de nuevo) ninguna acción ejecutiva hasta que termine la batalla del presupuesto 2015, quiensabe para cuando.
O tal vez nunca.
Como todas las discusiones de inmigración no son más que juegos electorales, capaz y a Obama se le prende el foco y no hace nada. Así, podría tranquilamente decir dentro de dos años que los Republicanos no hicieron nada mientras tenían la mayoría en las dos cámaras del Congreso, y animar de nuevo a los latinos a que voten por los Demócratas con la promesa de que cuando tengan otra vez mayoría en el Congreso ahora sí van a hacer algo.
O capaz veta las propuestas que los Republicanos aprueben mientras son mayoría en las dos cámaras y entonces se cubre de gloria por impedir lo que a todas luces serían horrendas propuestas migratorias. Me refiero, por ejemplo, al nefasto E-Verify y al Programa de Remoción de Inmigrantes Criminales, que son de su obra, por acción ejecutiva y que a los Republicanos les encantaría convertir en leyes obligatorias.
O capaz no veta nada, aunque las mayorías Republicanas no son suficientemente altas para impedir el veto presidencial, y eso es lo que me da más miedo.
Tal vez Barack Obama le firme todo a los Republicanos, tal como hizo Bill Clinton en su segundo período presidencial, cuando también los Demócratas perdieron su mayoría y los Republicanos dirigidos por Newt Gingrich impusieron su famoso Contrato con América. Ahí fue donde se decidió que ni siquiera los inmigrantes con papeles tenían derecho a ayuda pública y otras lindezas que Clinton firmó sin rechistar.
Puede que Obama tome alguna acción ejecutiva algún día. Puede que efectivamente alivie la situación de dos o tres, o a la mejor cuatro millones de inmigrantes sin papeles. De lo que no me queda duda es que el juego político seguirá tratando el tema de la inmigración como juguetito, sin que haya soluciones reales, de fondo.
Y mientras no se arregle la situación de todos, no estaremos conformes.