Siete pescadores aun están perdidos así como el dueño del barco hundido Eric

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<figure id="attachment_13074" aria-describedby="caption-attachment-13074" style="width: 288px" class="wp-caption alignright"><a class="highslide" onclick="return vz.expand(this)" href="http://laprensa-sandiego.org/wp-content/uploads/2011/07/wong-brother-ho… loading="lazy" class="size-full wp-image-13074 " title="wong brother holds list of tourists" src="http://laprensa-sandiego.org/wp-content/uploads/2011/07/wong-brother-ho…; alt="" width="288" height="216" srcset="https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2011/07/wong-br… 360w, https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2011/07/wong-br… 300w" sizes="(max-width: 288px) 100vw, 288px"></a><figcaption id="caption-attachment-13074" class="wp-caption-text">El hermano de Wong, Garry, hizo una lista de todos los turistas que ivan en el barco junto con el número del cuarto y salud en general. Pasó la primera noche en el hotel recibiendo llamadas de todos los parientes comentándoles que estaban bien.</figcaption></figure>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Su piel quemada parece estar a punto de arrancarse de la carne rosa, sus labios parecen querer agua como las rocas de este desértico paraje que quisiera beberse al mar.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Viste ropa regalada por los dueños de las “curios” vecinas y no tiene identificación alguna o un solo peso en la bolsa.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Aun así, Glen Wong, originario de San Francisco California y de 56 años de edad se siente un hombre afortunado luego de haber sobrevivido el naufragio de un barco en el que pensaba pasar 7 días de pesca con sus mejores amigos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “Esta experiencia simplemente cambio mi sentido de vida” dice con los ojos llorosos, “la gente que ni me conocía se volvió mi familia y he prometido que cuando este mejor voy a volver a agradecerles su ayuda personalmente”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Wong es uno de los 27 turistas norteamericanos que estaban a bordo del navío Eric, cuando se hundió en medio de una tormenta repentina apodada por pescadores de la región como “Torito”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Luego de 19 horas en altamar, agarrado apenas de una hielera en medio del océano, Wong estaba utilizando sus últimas fuerzas para sobrevivir.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “Al menos 4 lanchas pasaron a corta distancia pero no nos vieron” recuerda, “pero de pronto llegaron 3 hombres a bordo de una lancha. Habían oído de nuestro accidente y decidieron salir a buscarnos: nos dieron su tiempo, arriesgando su vida en altamar y con su propia gasolina, —se bien que esta gente no tiene dinero que le sobre —y aun así, salieron al mar a buscar a unos extraños por pura calidad humana: Eso no lo olvidaré nunca”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Wong&nbsp; y sus tres hermanos eran parte de un grupo de amigos, todos residentes del norte de California, habían planeado un viaje de pesca para celebrar el 4 de Julio para lo cual usaron la compañía Baja Sport Fishing, propiedad de Gustavo Velez Perkins.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Los turistas cuentan todos que&nbsp; ya habían realizado el viaje con esta misma compañía al menos en dos viajes anteriores y en el mismo barco, el Eric, una embarcación de 105 pies de largo.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; El barco zarpó del puerto de San Felipe (a unas 362 millas de la frontera con Tijuana), el sábado en la mañana y fue a las 2 horas del domingo en la zona de Bufeo, cerca de San Luis Gonzaga cuando fue golpeado por una tormenta muy fuerte que hundió el barco rápidamente.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Todos los tripulantes y 19 turistas lograron llegar a la orilla luego de horas flotando en el mar. Pero a menos de 24 horas del naufragio fue encontrado el cuerpo de un turista que murió ahogado y 7 más se encuentran desaparecidos, incluyendo uno de los cuatro hermanos Wong, Bryan.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “La empresa es muy conocida en California y ha estado en el negocio de viajes de pesca por muchísimo tiempo” dijo Ross Anderson, residente de Sonora, California; “creo que lo que pasé fue una combinación de factores que tienen que ver con la tormenta, pero también con las condiciones del barco y las decisiones erróneas del capitán”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Otro elemento del cual ningún turista quiso hablar, —pero sí la tripulación—es el hecho de que entre los turistas muchos iban intoxicados y algunos incluso forcejearon con la tripulación negándose a salir de sus camarotes o ponerse el chaleco salvavidas.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “Todos alcanzamos chalecos salvavidas, excepto las personas que estaban tomadas, porque hay americanos que después de la cena se suben al bar y se toman sus copas, sus cervezas y ya no es el mismo reflejo ¿verdad?…” explica el ayudante de cocinero, Alejandro Bermudez quien tiene el cuerpo cubierto de quemaduras por el efecto abrasivo de la gasolina derramada en contacto con agua salada.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “Como la persona que me tocó a mí llevar encima pues iba un poco tomada, no podía nadar y siempre lo cargue como unas 10 horas, desde la 1:30 de la mañana que caímos al agua hasta como las 10 de la mañana más o menos que ya lo solté, yo lo dejé en una hielera pero para entonces ya le habían dado unos salvavidas de brazos y yo en el cuello para que flotaramos; ya nos separamos todos y todos tiramos a la orilla y muchos no alcanzaron a llegar, el mar se los llevó mar a dentro…” recuerda.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Las investigaciones aun no arrojan negligencia por parte del capitán o los turistas y aun no se ha recuperado el barco para saber si en efecto estaba en mal estado. Ahora se está a la espera de buzos especializados para que bajen a buscar entre los restos del accidente pues se cree que será ahí donde hayan quedado atrapados algunos de los que siguen desaparecidos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Hasta ahora, para el Capitán de Puerto de Ensenada, José Luis Ríos Hernández, experimentado marino a cargo de la investigación, la&nbsp; causa del accidente es claramente un Torito,—un tipo de tormenta repentina&nbsp; de vientos ciclónicos generalmente ocurrida los meses de verano, de junio a septiembre, se sabe que tiene vientos de&nbsp; entre 60 y 100 kilómetros por hora, en una zona limitada (de 20 a 40&nbsp; kilómetros) en donde caen cantaros de agua y oleaje fuerte.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “Estas tormentas no pueden ser prevenidas ni monitoreadas como son las otras” explica Ríos, “los testimonios de los tripulantes y las olas a las que&nbsp; se enfrentaron eran del tamaño de un poste de luz, es decir entre 6 y 7 metros de alto y por la rapidez con lo que ocurrió es claro que fue un ‘Torito’”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Apenas días después del percance, me tocó a mi misma ver uno de estos llamados “Toritos” desde la orilla. Se ennegrece el cielo y el viento frío deja ver una serie de luces que van como “sitiando” una zona específica del mar. No hay lluvia ni truenos alrededor de la zona afectada, solo una tormenta contenida como en un frasco.</p>
<p><strong>Repercusiones</strong></p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Casi de manera inmediata acudieron a la zona personal militar, marinos y los propios pescadores de las comunidades para rescatar a los náufragos, buscar cuerpos y además ofrecer alojamiento, alimento y vestido al grupo sobreviviente.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Llegaron personas del consulado y según el vicecónsul Corey Bordenkecher se apoyó en materia de agilizar el cruce por la frontera de los norteamericanos (que perdieron todos sus documentos personales).</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “La Guardia Costera y la Autoridad de Seguridad en el Transporte estará ayudando a las investigaciones realizadas por las autoridades mexicanas” dijo Bordenkecher, “incluso se ha ofrecido traer buzos especializados pero eso será un poco más adelante por cuestiones de papeleo”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Pero quizás el gran faltante de esta ecuación es la empresa y su dueño, ya que 5 días después del accidente no se había presentado en el puerto ningún representante legal de la compañía o su dueño.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Tampoco se tenía noticia de algún ajustador de seguro, que como marca la ley Mexicana tendría que tener vigente el Eric antes de salir a navegar.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “No hemos tenido&nbsp; contacto con el dueño por lo que no tenemos ningún dato de licencias, permisos o seguros, desde ayer debió de haber llegado un representante de la compañía pero no ha llegado” dijo Bordenkecher el jueves 7 de julio por la tarde.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; La empresa dueña del navío está registrada a nombre de Alexander Velez, quien aparece como dueño de otro navío en los Cabos.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Según los residentes de San Felipe, que no tiene más de 30 mil habitantes, Alexander y Eric Velez son ambos hijos de Gustavo Velez, cuyo nombre aparece impreso en las camisetas de su compañía que ahora portan los sobrevivientes de la embarcación.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; El permiso de operación del barco de los Cabos, el Andrea Lee (nombre de la hija de Velez), muestra una dirección en San Felipe pero al acudir a ella pidiendo información se respondió con un azotón de puerta.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “Si esto fuera un accidente de auto ya habría aquí un ajustador” dice Anderson “Calculo que cada uno de nosotros teníamos por lo menos 3 mil dólares ahí de equipo y pertenencias”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; Las consecuencias de este caso son graves para muchos, incluyendo las 20 familias que viven del trabajo de los tripulantes, a quienes ya se les debía un viaje anterior y ahora se quedan a principios de temporada sin trabajo, sin dinero y con la salud minada.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; “Nadie ha venido a hablar con nosotros de parte de la compañía” lamentó Bermudez&nbsp; a quien le deben unos 500 dólares con lo que sostiene a su familia, “cuando nos rescataron nos dieron aspirinas, pomada, papitas, pero nosotros somos seres humanos también y no hemos recibido nada, quizás porque no somos turistas o porque no somos gente de dinero”.</p>
<p>&nbsp;&nbsp;&nbsp; A una semana del accidente el saldo es de 1 muerto, 7 desaparecidos, 20 familias sin trabajo un golpe más al turismo de la península con un empresario que hasta ahora no ha aparecido a enfrentar su responsabilidad.</p>

Author
Mariana Martinez