LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero
Las vitaminas, esas sustancias orgánicas provenientes de plantas y animales, son fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro organismo; su ausencia puede desencadenar serios problemas para nuestra salud, pero también su exceso.
Por estos días abundan en el mercado suplementos vitamínicos y minerales que alardean de fortalecer huesos y músculos, adelgazar, estimular la memoria, mejorar nuestro desempeño sexual, proteger nuestro hígado y nuestro corazón, anular la grasa y aumentar el tamaño de algunas cosas.
Para empezar, tenemos que decir que es imprescindible usar el sentido común. Ninguna pócima logrará de la noche a la mañana que perdamos milagrosamente aquello que nos estorba y ninguna píldora reemplazará los nutrientes que puede darnos una sana alimentación.
Un reporte de Consumer Reports indica que en Estados Unidos más del 50 por ciento de los adultos consume este tipo de productos, que además, se obtienen sin receta. El asunto es, ¿son realmente saludables? ¿Qué sucede si los consumimos en exceso? ¿Pueden llegar a ser dañinos?
La realidad es que todo es exceso es vicioso y aunque algunos suplementos vitamínicos pueden ayudar a solucionar ciertos problemas, consumirlos en exceso puede ser muy peligroso.
Por ejemplo, una deficiencia de vitamina D puede causar raquitismo, una enfermedad en la que los huesos se debilitan y deforman y que aunque es poco frecuente afecta especialmente a los niños, y osteomalacia que provoca dolor óseo y debilidad muscular.
Pero si el caso es de exceso, lo que puede ocurrir si con-sumimos suplementos vitamínicos sin consultar un especialista, la vitamina puede ser perjudicial. Los Centros de Control de Enfermedades – CDC – advierten que cuando las concentraciones de vitamina D en la sangre son demasiado elevadas pueden presentarse nauseas, vómitos, perdida de apetito, constipación, debilidad y perdida de peso. Además, con los niveles elevados de calcio en la sangre, demasiada vitamina D puede causar confusión, desorientación y problemas en el ritmo cardíaco.
La misma fuente señala que el exceso de vitamina D también puede provocar daños en los riñones y recuerda que casi todos los casos de toxicidad por vitamina D resultan a causa de sobredosis de suplementos.
Este es el caso de la mayoría de las vitaminas, por lo que siempre es sabio buscar asesoría médica si creemos que necesitamos algún suplemento vitamínico.
Aun cuando los expertos insisten en que la mejor forma de obtener las vitaminas que necesitamos es teniendo una dieta balanceada con variedad de alimentos es cierto también que se ha demostrado que algunos suplementos dietéticos benefician la salud en general y ayudan a controlar algunos trastornos. Por ejemplo: el ácido fólico disminuye el riesgo de ciertos defectos congénitos y los ácidos grasos omega-3 de los aceites de pescado podrían ayudar a algunas personas con enfermedades cardíacas.
Hay que saber, sin embargo, que la Administración de Alimentos y Medicamentos —FDA— no determina la eficacia de los suplementos dietéticos antes de su comercialización así que el hecho de que estén a su alcance no significa que cumplan sus promesas.
Así que antes de decidirse a consumir cualquiera de estos productos, hable con su médico y tenga en cuenta que algunos pueden interferir con la efectividad de ciertos medicamentos. Use el sentido común, cuídese y recuerde que todo exceso es vicioso.