Todos podemos hacer una diferencia en la salud mental

Comentario:
Por Ruth Juárez

Las cárceles locales se han convertido en vertederos para los enfermos mentales. Hay más de 2 millones de personas encarceladas en prisiones o cárceles de Estados Unidos y más de 10 millones de personas son encarceladas en el transcurso del año aquí en los Estados Unidos. Se estima que más del 20 por ciento de personas arrestadas en cárceles locales exhiben síntomas compatibles con el trastorno de salud mental. Se estima que la mayoría de las personas con trastornos de salud mental que están encarcelados o detenidos en las cárceles del condado fueron detenidas después de haber cometido infracciones menores, a menudo esos crímenes menores son manifestación de los síntomas más que la intención de cometer el crimen. En cuanto a la carga financiera, el gasto per cápita para las instalaciones de corrección federales, estatales y locales se ha incrementado en un 400 por ciento en los últimos 30 años.

Un sistema de justicia penal mal equipado conduce a resultados trágicos, no sólo para el individuo sino también a las familias y comunidades. HR 401, Ley de Colaboración Justicia y de Salud Mental de 2013, patrocinado por Richard Nugent ( FL), es una política de gobierno que garantiza que la gente recibe mejores servicios mentales durante la custodia, y después de ser liberados de la cárcel para ayudarlos en la reintegración a la comunidad. El Acto de Justicia y Salud Mental pretende reautorización de la Ley de Tratamiento de Delincuentes y Reducción del Crimen hacia Enfermos Mentales (MIOTCRA en inglés) que fue firmada como ley por el presidente George W. Bush en el 2004 y autorizó un programa de donación de US $ 50 millones, y se creó el Programa de Colaboración de Justicia y de Salud Mental (JMHCP en inglés ) que ayudo a los estados y condados en el diseño e implementación de los esfuerzos de colaboración entre la justicia penal y los sistemas de salud mental. Durante los últimos 10 años (MIOTCRA) ha prestado asistencia a millones de personas y aún con sus limitaciones, el (JMHCP) ha financiado numerosos programas a personas involucradas en el sistema de justicia penal que han necesidad servicios de salud mental. Ha proporcionado apoyo y servicio, y ha formado equipos de intervención de crisis a personas en necesidad de servicios al mismo tiempo reduciendo el gasto a la comunidad y más importante salvando vidas.

Se autoriza a la inversión en nuestros veteranos en proporcionándoles tratamiento judicial y asistencia a los que sufren de trastorno de estrés postraumático, abuso de sustancias y otros problemas de salud mental. Además de apoyar el desarrollo de plan de estudios que eduque a miembros del cuerpo de seguridad en cuanto a responder apropiadamente a los incidentes relacionados con las personas con trastornos de salud mental y al igual aumentar centros de programas de base de corrección que reduzcan las tasas de reincidencia. La política en propuesta busca prevenir fallas en los programas existentes, así como las prácticas de mayor responsabilidad y propone programas basadas en evidencias.

De acuerdo con UCLA Centro para la Investigación de Políticas de Salud, casi dos millones de adultos en California tienen necesidades de salud mental, con base en los síntomas reportados en las encuestas, así como impedimentos. De esos dos millones de adultos aproximadamente la mitad no había recibido tratamiento de salud mental en el último año (2011). En San Diego la campaña “It’s Up to Us” sigue fortaleciendo a residentes de San Diego para reducir el estigma al hablar abiertamente acerca de la salud mental, a reconocer los síntomas, buscar ayuda, utilizar los recursos que incluyen la prevención del suicidio a hombres, mujeres, padres, adultos jóvenes y mayores de apoyo, veteranos, LGBTQI , así como comunidades de fe basada en nuestra comunidad local.

Aún con los esfuerzos de nuestra comunidad seguimos viendo tragedias como la que se miró a principios de este año cuando John Edward Chesney, de 62 años de edad, veterano del ejército fue asesinado a tiros por la policía en el centro de San Diego. Los investigadores encontraron que Chesney cargaba una pistola replica AR-15 negra el día que murió. De acuerdo con los que lo habían visto antes de su muerte, Chesney aparentemente había estado en un estado de ánimo suicida ese mismo día.

Participe hoy y contacta a los miembros del congreso y anímelos a apoyar HR 401 Ley de Colaboración de Justicia y Salud Mental. Encuentre su representante http://www.house.gov/representatives/find

Ruth Juárez, USC -VAC , Escuela de Trabajo Social , Escuela Superior

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