La Serie Mundial es el escenario perfecto para recordar al mánager que en 1988 le dio el último título al equipo de Los Ángeles
Por León Bravo
Por 45 años, la resonancia de su voz ha retumbado en el vestuario.
Su presencia es un fiel retrato de la historia del equipo.
Su leyenda es el sustento de una de las franquicias más grandes en el deporte de este país.
Tommy Lasorda y los Dodgers de Los Ángeles serán siempre inseparables.
El último mánager que le entregó el campeonato de la Serie Mundial a esta ciudad es un personaje cuya popularidad trasciende el campo de juego.
Su figura regordeta, su cabello capado de una espesa estela blanca y su ronca voz, llevaron a Lasorda a ser reconocido por aficionados en todo el planeta.
El hombre de carácter extrovertido por cuyas venas corre sangre italiana nunca falta a un juego de los Dodgers y a sus 90 años de edad aún guarda la ilusión de ver a su amado club ganar una Serie Mundial más.
“Espero que los muchachos me puedan regalar otro campeonato, para disfrutarlo con ellos, eso sería grandioso”, dijo Lasorda justo al inicio de la actual temporada de Grandes Ligas.
Largo recorrido
En 1954, cuando debutó como jugador de los Dodgers de Brooklyn, Lasorda no tenía la menor idea de que se convertiría en el personaje más famoso y popular que la franquicia haya tenido.
Como pitcher, Lasorda fue un fracaso ya que solo pudo mantenerse tres temporadas en las Grandes Ligas.
La falta de habilidades para jugar el béisbol al más alto nivel no fue obstáculo alguno para que este hombre de empecinado carácter se transformara con el paso del tiempo en uno de los managers más aclamados en la historia de la pelota profesional.
Lasorda inició su carrera de manejador en 1976 y por 20 temporadas estuvo al frente de los Dodgers de Los Ángeles
En esas dos décadas, el la escuadra angelina vivió una verdadera época dorada.
Peloteros como Steve Yeaguer, Dave López, Steve Garvey, Rick Mondale, Pedro Guerrero, Fernando Valenzuela, entre muchos otros, forjaron junto con Lasorda gran parte de la historia que hoy sustenta a los Dodgers.
En sus 20 años como mánager, Lasorda llevó al equipo de Los Ángeles a ganar la Serie Mundial de 1981 y la de 1988, la última que ha conseguido el equipo.
El principio del fin
Como buen italiano, Lasorda es un apasionado de la buena comida.
Una gran variedad de pastas y pizzas en abundantes proporciones eran consumidas todos los días por él.
Fue esa dieta la que en gran medida contribuyó a que Lasorda tuviera que retirarse como mánager de los Dodgers.
El 23 de junio de 1996, Lasorda dirigió su último partido porque al día siguiente, en un hospital de Los Ángeles, tuvo que ser operado de emergencia del corazón.
En total, Lasorda consiguió 1,599 triunfos con los Dodgers para de esa manera ocupar el lugar número 20 en la lista de managers más ganadores en la historia de las Grandes Ligas.
En el verano de 2000, Lasorda aceptó manejar a la selección de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Sidney, en los que ganó la medalla de oro para su país.
Aunque nunca más volvió dirigir un partido, Lasorda no deja de asistir todos los días a Dodger Stadium.
Su presencia en el vestuario es aprovechada por las nuevas generaciones de peloteros que se deleitan escuchando sus anécdotas y aprendiendo de sus consejos.
Como miembro del Salón de la Fama, la inmortalidad de Lasorda está asegurada.
Como parte inseparable de la historia de los Dodgers, la estrella de Lasorda siempre alumbrará el cielo azul de Los Ángeles.