LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por Luisa Fernanda Montero
A pesar de estar con frecuencia en los titulares de los periódicos por ocasionar grandes tragedias, huracanes y tornados nos parecen cosas de otro mundo. La mala noticia es que son de este mundo y que pueden acabar con él, como ocurrió en Oklahoma hace pocos días.
Dejando una estela de más de una docena de muertos, entre ellos varios hispanos, las tormentas de Oklahoma, nos recuerdan que la naturaleza es poseedora de increíbles fuerzas que, nosotros débiles mortales, debemos respetar.
Por tanto, para empezar es bueno que sepamos reconocer determinados fenómenos y que optemos por usar nuestro sentido común a la hora de protegernos y proteger a los nuestros.
De acuerdo con la Agencia Federal para el Manejo de las Emergencias – FEMA – un huracán, es una tormenta tropical severa acompañada de truenos y fuertes vientos que se acercan a la superficie de la tierra. Todas las áreas costeras del Atlántico y el Golfo de México están expuestas a Huracanes y partes del suroeste de Estados Unidos pueden padecer fuertes lluvias e inundaciones como consecuencia de los huracanes provenientes de México.
Podemos decir, generalizando y para no bajar la guardia, que la temporada de huracanes comienza en mayo y termina en noviembre, con lo que tenemos varios meses de entretención en todo el país, sobre todo si pensamos que un huracán puede producir vientos de más de 155 millas por hora y arrastrar a su paso dañinos tornados e inundaciones entre otras perlas.
¿Qué podemos hacer?
FEMA señala que antes del huracán debemos empezar por preparar nuestro equipo de emergencia, hacer una estrategia de comunicaciones, calcular si estamos en una zona de probable inundación, informarnos, conocer las rutas de evacuación, cubrir las ventanas, revisar ramas y árboles alrededor de nuestra casa y reforzar puertas.
Durante el huracán la recomendación es que apaguemos los generadores de energía, agua y gas; usemos el teléfono solo en caso de emergencia y aseguremos nuestras provisiones de alimentos y agua para consumo y aseo.
A la hora de evacuar debemos seguir las instrucciones de las autoridades al pie de la letra y si debemos permanecer en casa durante la tormenta, es importante mantener cerradas toda las puertas, mantenernos alejados de las ventanas y ubicarnos en el nivel más bajo de la construcción; de ser posible, es importante que nos acostemos en el piso bajo una mesa u otro objeto sólido.
Una vez que haya pasado la tormenta, debemos mante-nernos informados a través de la radio o los medios a nuestro alcance para calcular los movimientos más inteligentes a seguir. Si hemos evacuado, podremos regresar a casa solo cuando las autoridades lo consideren adecuado.
Si estamos frente a una escena de destrucción es muy importante que evitemos las paredes fracturadas que puedan venirse abajo, así como los cables eléctricos y otras estructuras en mal estado.
Las fugas de gas son una posibilidad latente, si tiene dudas no entre a la casa, haga que sea revisada por un ex-perto y cerciórese de la calidad del agua antes de consumirla.
Algunos tornados llegan y se van antes de que podamos prepararnos adecuadamente, si el cielo oscurece demasiado y sabemos que es posible que ocurra, debemos tomar las medidas del caso, buscar refugio y protegernos de cualquier cosa que pueda volar hasta nosotros. Si nos mantenemos alerta y tomamos ciertas medidas nuestras posibilidades de sobrevivir a la tormenta, sin duda, aumentarán.