<figure id="attachment_39056" aria-describedby="caption-attachment-39056" style="width: 300px" class="wp-caption alignright"><a href="http://laprensa-sandiego.org/etc-etc-etc/sporting-news/tragense-esos-sa…; rel="attachment wp-att-39056"><img loading="lazy" class="wp-image-39056 size-medium" src="http://laprensa-sandiego.org/wp-content/uploads/2017/02/57ec5ddf9d647dc…; width="300" height="170" srcset="https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2017/02/57ec5dd… 300w, https://dev-laprensa.pantheonsite.io/wp-content/uploads/2017/02/57ec5dd… 912w" sizes="(max-width: 300px) 100vw, 300px"></a><figcaption id="caption-attachment-39056" class="wp-caption-text">No hay juego de fútbol sin que los cronistas se pongan a leer los mensajes que, dicen ellos, les llegan durante las transmisiones.</figcaption></figure>
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<p><span style="font-weight: 400;">El Tío Gamboín era un personaje de la televisión mexicana que en la década de los 1970 atrapó la atención de los niños por dedicarse a enviar saludos entre corte y corte de la programación de caricaturas que transmitía el Canal 5.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Encender el aparato telereceptor cada tarde para mandar mensajes a mis amigos de la escuela era uno de mis actos rutinarios para entretenerme después de haber cumplido con mi tarea.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Mis compañeros de clase hacían lo mismo al mandarme saludar a través de telefonemas que una secretaria transcribía en pequeños pedazos de papel para que el Tío Gamboín los leyera al aire.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">“León manda saludar a su amigo Arturo y le dice que por favor no se le olvide llevarle a la escuela los tres pesos que le prestó hoy”.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">“Carlos manda saludar a Léon y le pide que por favor lleve su balón para poder jugar futbol en el recreo”.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Esos eran, más o menos, los recaditos que entre amigos nos mandábamos con el Tío Gamboín, personaje a quien utilizabamos como una especie de red social en un época en que los conceptos de Facebook y el Twitter no habían sido ni siquiera concebidos.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Cuando se tiene siete u ocho años de edad, escuchar saludos por la televisión es una emoción grande y hasta divertida, pero cuando se tienen más de 50 años, es una situación desesperante.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Resulta que los cronistas de fútbol de las cadenas hispanas se han convertido en algo así como la resurrección del Tío Gamboín y eso me está sacando de mis cabales.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Los encargados de narrar y analizar las jugadas de los partidos que quiero disfrutar por televisión han entrado en una competencia para ver quién de ellos recibe más twits o mensajes por Facebook.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">No hay juego de fútbol sin que los cronistas de Univision, Telemundo o TV Azteca se pongan a leer las decenas, si no es que centenares, de mensajes que, dicen ellos, les llegan durante las transmisiones.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">“Saludos a Colorado, allá nos está viendo Tomás, muchos saludos Tomás”.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">“Un abrazo a Nuevo México en donde Germán nos está sintonizando”. </span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">“Muchas gracias Antonio por tu sintonía en Alabama, saludos a todos los paisanos de por allá”.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Mensajes como los anteriores se repiten una y otra y otra vez, mientras las acciones del partido están en pleno apogeo.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Me enerva escuchar la interminable lista de nombres a la que los comentaristas están obligados a dar salida para hacernos creer que son los reyes de las redes sociales.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Yo no prendo un televisor para sintonizar un partido de fútbol que a los pocos minutos se convierte en el show del Tío Gamboín del siglo 21.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Cuando veo partidos de baloncesto de la NBA, de béisbol de Grandes Ligas o de fútbol americano de la NFL, jamás, nunca, ni por equivocación, los profesionales de la crónica deportiva se dedican a mandar saluditos por televisión.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Lo que hacen nuestros comentaristas hispanos del soccer es una verdadera tortura que ya no aguanto y no alcanzo a comprender.</span></p>
<p><span style="font-weight: 400;">Señores, entiendan por favor, a ustedes los contrataron para narrara fútbol, no para andar mandando saluditos.</span></p>