Por Abel Astorga Morales
Tras más de 3 años de espera, el pasado 7 de diciembre la Secretaría de Gobernación (SEGOB) en México, publicó la lista número 47 del Fideicomiso de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, que otorga la cantidad de 38 mil pesos a los ex migrantes braceros, o sus familiares que hayan demostrado tal condición. Este dinero se entrega como compensación del despojo del Fondo de Ahorro Campesino que el mismo Estado mexicano cometió a mediados del siglo XX, al hacer perdidizo gran parte de las cantidades que por este concepto llegaron procedentes de Estados Unidos, y fueron depositadas en su momento en el Banco Nacional de Crédito Agrícola y en el del Ahorro Nacional.
Con antelación, Gerardo Cubría Bernardi, Titular del Fideicomiso, comunicó a varios líderes de las organizaciones de ex braceros que en dicha fecha sería divulgada la lista de pago con 7,033 nombres. Hasta que en esta semana, por medio del Diario Oficial de la Federación (DOF), la SEGOB dio a conocer tal disposición. Por lo que los beneficiarios tendrán 120 días naturales a partir del 7 de diciembre, para acudir a Bansefi, la entidad bancaria donde se efectuaran los pagos, y donde quienes reciban el dinero, deberán firmar el recibo donde ‘liberan al Gobierno de México y sus dependencias’ de futuras reclamaciones. Este hecho que aparentemente representa un éxito más para los ex braceros que laboraron en el agro y ferrocarriles estadounidenses entre 1942 y 1964, en realidad está lleno de claroscuros, y más bien arrastra una historia de desatenciones y obstáculos del gobierno mexicano hacia esos ex migrantes que hoy sobrepasan los 70 años de edad.
Tras la publicación de la lista, las organizaciones de ex braceros reaccionaron. Ya organizan ruedas de prensa para darlo a conocer, sentar una postura y prepararse para lo que viene: la reacción de mucha gente que al enterarse de la noticia asistirá a Bansefi y advertirá que su nombre no figura en la lista de beneficiarios. Por lo que, derivado de las inconformidades que se sobrevendrán, hacen un llamado a organizarse y encausar a la gente a luchar en favor de lo que falta: por los ex braceros vivos con hoja de pago que podrán cobrar de un fondo especial con un certificado médico, si es que no salen en la lista; por los cerca de 14,000 personas con expediente completo que no van a salir porque no alcanzo el recurso, pero sobre todo porque existe una negativa desde el Ejecutivo Federal, el poder legislativo y los partidos, para que se otorgue más dinero al Fideicomiso. Por último, manifestarse con el objetivo de que se abran dos mesas receptoras; una para resolver los 20 mil casos de expedientes incompletos; y otra para permitir que quienes aún no tienen hoja de pago, pero tienen documentación para comprobar su condición de ex migrante bracero o familiar de éste, puedan registrarse para esa retribución. En suma, la lista 47 excluye a alrededor de 33 mil personas en posibilidad de recibir el pago.
Las inconformidades de las organizaciones de ex braceros no son casuales, y más bien están fundadas en una larga cadena de obstáculos que a lo largo de los años el gobierno federal ha establecido con objeto de mermar esta indemnización. Tengamos en cuenta que la ley del Fideicomiso fue publicada en el DOF desde el 25 de mayo de 2005 durante el mandato de Vicente Fox, y los primeros pagos empezaron desde el año 2006. Este programa social, que se planteó como plazo liquidar el pago a todos los beneficiarios registrados en el año 2012, no sólo no cumplió ese objetivo, sino que al finalizar este año 2015, seguirá sin lograr lo planteado. El Poder Legislativo ha obrado en este favor, pues desde que el Partido Revolucionario Institucional regresó al ejecutivo, en los años 2012, 2013 y 2014 no se destinó recurso económico alguno para el Fideicomiso de Apoyo Social, en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Se sabe además, que aunque no se autorizaron recursos desde el año 2012, desde el gobierno de Felipe Calderón existe un remanente de $451’225,017.41 millones de pesos que desde entonces han generado intereses; y con la lista 47 se estarían pagando alrededor de 267’264,000 millones de pesos, entonces:
¿Cuántos millones se sumarían si tomamos en cuenta los intereses en más de 3 años? ¿Cuál sería el destino del dinero faltante?
A lo anterior habremos de sumar que, en realidad fueron alrededor de 2 millones los braceros contratados al menos una vez, y en los últimos años se estimaba que más de 500 mil seguían vivos, esto significa que el gobierno sigue excluyendo a más de la mitad de los ex migrantes vivos del apoyo económico de los 38 mil pesos. El Centro de Estudios de Finanzas Públicas dependiente de la Cámara de Diputados, apuntó que existen aún 3 millones 233 mil 755 ex braceros o beneficiarios, en posibilidad de reclamar el pago. Es decir, hasta el año 2015 el Fideicomiso benefició a no más del 6 por ciento del total. ¿La justicia requerida por los ex braceros y sus familiares ha sido realmente conseguida?, ¿Las autoridades han hecho todo lo posible por subsanar en la medida de lo posible este fraude económico de mediados del siglo XX? Por todo lo que comentamos hasta ahora, la respuesta parece muy clara.
Por lo anterior, y con objeto de que, los pocos que resultaron beneficiados en esta ocasión no se queden sin acceder al pago, la SEGOB dispuso números de atención para los beneficiarios (01 800 2722376 de lada nacional o el 51 28 00 00 extensiones 38147, 38901, 38071, 38151 y 38142 para el Distrito Federal, y el correo electrónico: bracero@segob.gob.mx; o acudir a las diversas oficinas de la SEGOB en toda la república mexicana). Que la mayoría de estas 7,033 personas en lista obtengan ese recurso económico, será una forma de seguir subsanando el fraude de los años cuarenta, no obstante como antes se sugirió: ni todos los susceptibles de ser resarcidos fueron tomados en cuenta en esta ocasión; ni el Apoyo Social mismo, representa un programa que realmente redima el actuar furtivo y falto de ética del gobierno mexicano; por lo que la postergación de esta deuda histórica seguirá, y su justa resolución se vislumbra complicada.