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<p> Un año como hoy, los periódicos nacionales vislumbraban una nueva era para la Unión Americana. “Es Obama: victoria decisiva que hace historia”, decía </p>
<p> No hay duda, la victoria de Barack Obama fue un momento histórico. Con su llegada al gobierno, la comunidad Latina sintió que “algo” se podía alcanzar en torno a la cuestión migratoria.</p>
<p> De momento, pareciera que muy poco hemos logrado con Obama. Una ley migratoria integral que mantuviera a más de 12 millones de inmigrantes indocumentados en sus puestos laborales todavía está en una etapa incipiente. En realidad, no existe nada en concreto en el Congreso o en el Ejecutivo.</p>
<p> Por el contrario, la comunidad latina sólo ha escuchado compromisos verbales por parte del presidente Obama. Ni él ni sus subalternos más poderosos en la Casa Blanca han procedido en llevar a cabo sus promesas de iniciar un proceso nuevo en el Congreso y solucionar el problema migratorio de millones de personas.</p>
<p> Incluso, la ley llamada DREAM ACT, la cual crearía certidumbre en la población universitaria latina y estudiantes en edad escolar, se ha visto truncada por falta de iniciativa y protagonismo de miembros del Partido Demócrata. No hay ganas de cumplir con los compromisos preelectorales.</p>
<p> Mientras existe indecisión en el gobierno, los oficiales de inmigración mantienen una postura radical en contra de las familias latinas. Día a día vemos cómo algunos padres y madres latinas son forzados a abandonar el país, dejar a sus familiares e hijos, abandonar sus propiedades, a pesar de que culturalmente son más estadounidenses que ciudadanos de su país de origen.</p>
<p> Por otra parte, los grupos de la derecha empiezan no sólo a reagruparse, sino que también empiezan a reinsertarse en el sistema político nacional por medio de organizaciones civiles, partidos políticos independientes y especialmente a través de procesos políticos en los distritos municipales.</p>
<p> En este sentido, Obama tiene que retomar sus vínculos con la población latina. Durante las elecciones lo apoyamos con nuestros votos porque creímos en su palabra. Estuvimos contagiados por su carisma y sus ganas de cambiar el mundo. Hoy nos sentimos decepcionados por su falta de compromiso.</p>
<p> Empezando hoy, el Presidente tiene que volver a las bases que lo llevaron a ganarse el corazón de los latinos.</p>
<p> Dado la situación política del país, no creo que se pueda lograr la ansiada reforma integral de más de 12 millones de indocumentados, pero si puede alcanzar a regularizar a millones de estudiantes universitarios y secundarios a través de un compromiso político en el Congreso.</p>
<p> A muchos padres y madres indocumentados/as les va a doler sentirse abandonados por una reforma migratoria que no los incluye. Sin embargo, yo creo que estarán felices que sus hijos tendrán la posibilidad de alcanzar sus sueños profesionales.</p>
<p> Con el tiempo, sus hijos también les darán la oportunidad de buscar una posibilidad de regularización migratoria por medio de la afiliación consanguínea.</p>
<p> El Presidente necesita ponerse las “pilas”. Si nos abandona nuevamente, estoy seguro que un sector de la población latina estará sintiendo la presión de votar en contra de su partido político en las elecciones del próximo año.</p>
<p> Los latinos, como cualquier grupo social y nacional, tenemos la capacidad de cambiar los procesos políticos a través de nuestro voto.</p>
<p><em>Humberto Caspa, Ph.D., es profesor universitario. E-mail: </em><a href="mailto:hcletters@yahoo.com"><em>hcletters@yahoo.com</em></a></p>
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