Un Grito a la Justicia

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<p>El crimen fue brutal, aterrador, despiadado, salvaje e inhumano. </p>
<p>El rostro de la hermosa joven de raza negra quedó desfigurado por los feroces golpes que recibió.</p>
<p>Ojos hinchados, hematomas y sangre fresca escurriendo en la frente conformaban la dantesca pintura que solamente un animal es capaz de crear con sus deplorables y cobardes puños. </p>
<p>La víctima es Delicia Cordon, una joven de cuerpo espectacular y rostro angelical, tuvo la desgracia de caer en manos de un pelafustán que se dedica a jugar futbol americano profesional.</p>
<p>LeSean McCoy, corredor de los Bills de Buffalo, es señalado como el agresor del espantoso ataque.</p>
<p>De acuerdo a una amiga de Cordon, el estrella de la NFL había mostrado varias veces su violenta personalidad.</p>
<p>“Callé cuando a golpes le rompiste las costillas a tu perro, cuando te inyectabas sustancias en tu cuerpo, cuando maltratabas a las personas, pero esto no te lo voy a permitir”, escribió la amiga de Cordon bajo la fotografía de la víctima que yacía en una cama con el rostro ensangrentado y que publicó en redes sociales.</p>
<p>En este mismo espacio he documentado acciones incomprensibles, acciones llenas de ira, coraje y violencia cometidas por jugadores de la NFL.</p>
<p>Pensé que el caso de Adrian Peterson era el más deleznable que me había tocado narrar en esta columna.</p>
<p>El entonces corredor de los Vikingos de Minnesota solía golpear despiadadamente a su pequeño hijo de apenas cuatro años de edad con ramas de árbol para disciplinarlo, para obligarlo a tomar siestas y para que aprendiera a recoger sus juguetes.</p>
<p>La estupidez mental de Peterson fue sancionada por la NFL con dos meses de suspensión y después el jugador volvió sin ningún problema a los emparrillados.</p>
<p>Ciertamente, el abusar de un menor de la manera en que Peterson lo hizo con su hijo, merecía la expulsion definitiva de la NFL.</p>
<p>Ese castigo hubiera sido verdaderamente ejemplar y tal vez hubiera prevenido la cantidad infinita de actos de violencia doméstica que han venido protagonizando los jugadores de la NFL.</p>
<p>La impunidad que existe en la NFL es aberrante, sobre todo cuando se trata de actos que solamente una bestia es capaz de concebir y llevar a cabo.</p>
<p>La fotografía que vi de Delicia Cordon, con el rostro hinchado, desfigurado y ensangrentado, debe de ser evidencia suficiente, no solo para para expulsar a McCoy de la NFL, sino para que se abra un juicio en su contra por intento de homicidio.</p>
<p>A McCoy no se le debe dar la oportunidad nunca más de representar a un equipo de la NFL, pero más que eso, se le de debe perseguir como un asesino en ciernes.</p>
<p>Ver la imagen de Delicia Cordón no hizo más que traer a mi mente el recuerdo de Nicole Brown, la mujer asesinada por el OJ Simpson, también astro de la NFL.</p>
<p>Ni la NFL, ni las autoridades, deben permitir que la historia de Nicole se vuelva a repetir.</p>
<p>Antes de que McCoy se convierta en el siguiente OJ Simpson, el sistema legal y judicial de este país debe dejar caer todo su peso sobre el energúmeno corredor de los Bills de Buffalo. </p>

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Leon Bravo