Una cena en Guest House

compartiendo con víctimas de tratantes

Comentario:
Por Carmen G. Kcomt

   Ayer fue una noche lluviosa pero de ninguna manera  impedimento para llegar a Guest House y compartir una deliciosa cena con unas valientes jovenes que fueron victimas de trata/tráfico humano y que se encuentran albergadas en Guest House un  refugio confidencial situado en el sur de la ciudad de San Diego y que está dirigido magistralmente por Sister Cristina Mac Lean, una hermana de la Iglesia Católica  quien se entrega por completo en la tarea de recuperar a las víctimas, de los maltratos, violaciones y abusos sufridos. Sister Cristina es una madre para ellas en el más amplio sentido de la palabra. Guest House alberga a víctimas desde hace muchos años. La mayoría de las víctimas que tiene son referidas por la organizacion Bilateral Safety Corridor Coalition o Corredor Bilateral que dirige desde hace más de 14 años  la visionaria, apasionada y reconocida luchadora Marisa Ugarte. Es así como Guest House en unión con el Corredor Bilateral proven a las jóvenes de  todo lo necesario, desde ropa, alimentos, facilidades para el transporte público, educación, servicios de interpretación, terapia individual, apoyo espiritual entre otros servicios. La noche de ayer, tuve la inolvidable oportunidad de compartir una cena que preparó la joven de Ethiopia; estuvimos  siete mujeres en la mesa, cada una de diferente país y varias de nosotras de diferente religión. La joven que cocinó la cena, como ya mencioné, de Ethiopia.

   Otra de las jóvenes procede de Somalia, una  mamá joven que es de Indonesia y otra jovencita más que es de Guatemala. Sister Cristina, que es ciudadana canadiense, Marisa la Directora Ejecutiva del Corredor Bilateral que es mexicana y yo que soy peruana. Dos de las jóvenes de creencia musulmana, una ortodoxa y las demás Católicas.

   Estas diferencias de culturas y de religiones no fueron en ningún momento motivo de diferencia ni alejamiento, muy por  el contrario, antes de empezar a probar los alimentos se agradeció la cena a un solo Dios, disfrutamos de los mismos alimentos y sonreimos de las mismas ocurrencias. Nos turnamos para traducir partes de la conversación a quien no entendia inglés y así pasamos una grata noche.

   Esta cena en Guest House que se llevó a cabo para celebrar el que una de las jóvenes acababa de recibir sus documentos de inmigración que la autorizan para trabajar en este país, me ha enseñado mucho; me ha obligado a reflexionar de cómo los seres humanos podemos entendernos cuando existe la intención, la buena voluntad y el deseo de vivir en armonía. Esta pequeña reunión en la que como mencioné, nos juntamos 7 mujeres todas de diferentes países, de diferentes culturas y de tres religiones distintas es una muestra que las gentes independientemente de ser aparentemente diferentes pueden convivir e intercambiar ideas con respeto, agradecimiento y cariño.

   Estos son los momentos que reconfortan a las personas que trabajamos en el campo de los derechos humanos, una área que usualmente no es justamente remunerada económicamente pero que encuentra su equilibrio en la satisfacción que  momentos como la cena de anoche nos proporcionan cuando nos  enriquecen el  alma y el espíritu.

Kcomt es Coordinadora del Servicio de Victimas, Bilateral Safety Corridor Coalition.

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