Una Voz en la Sierra

Radio indígena en Michoacán 

Por Eduardo Stanley 

 

Alvaro Esteban Valencia en el estudio de la estación XETUMI, 1010 AM, Radio La Voz de la Sierra Oriente, que transmite en español, otomí y mazahua, desde Tuxpan, Michoacán, México. Esteban Valencia es locutor y productor en otomí.

TUXPAN, Michoacán, México

— “Cuando llegué aquí no dominaba la lengua otomí, pero la gente me ayudó a enriquecer el vocabulario”, dijo Alvaro Esteban Valencia, de 28 años, locutor de XETUMI, 1010 AM, Radio La Voz de la Sierra Oriente, ubicada en Tuxpan, Michoacán. “¿Qué me gusta de lo que hacemos? Todo! Somos locutores, productores… La gente nos llama y nos agradece por el servicio!”

    La emisora transmite en otomí, mazahua y español y alcanza una amplia región del territorio mexicano.

    Según un censo de 2000 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población otomí es de unas 700.000 almas, mientras que los mazahuas suman unas 350.000.

    Ambos pueblos indígenas habitan el centro de México, incluyendo los estados de México, Hidalgo, Guerrero, Guanajuato, Querétaro y Michoacán.

    “El objetivo de la emisora es atender a ambas poblaciones, especialmente en áreas como la lengua, gastronomía y la cultura”, explica Hilda Espinoza Damián, directora de XETUMI. La radio, creada en 1997, es una de las 20 emisoras indígenas distribuidas en 18 estados de México y que dependen del gobierno federal.

    “Además de programas locales, como noticias, transmitimos programas producidos por el Sistema de Radios Culturales Indigenistas (SRCI), por ejemplo, un noticiero nacional que usa información y reportajes proveídos por estaciones como ésta”, aclara Espinoza Damián, nacida en la vecina Zitácuaro. Ella, como muchos mexicanos y mexicanas vivió su experiencia migrante en Chicago. “Quería volver a mi región y tuve la suerte de lograrlo”, dice sonriendo detrás de su escritorio en las modestas pero cómodas instalaciones de la emisora, ubicadas a las afueras de Tuxpan, ciudad floricultora.

    “Hacemos co-producciones con gente y grupos locales, por ejemplo, sobre el medio ambiente, derechos indígenas y cultura”, dice Espinoza Damián. Y agrega que la emisora cumple una función clave en la conservación de los idiomas originales. “Los otomíes apenas mantienen su lengua”.

    De acuerdo a esta graduada en periodismo en la Universidad Autónoma de México (UNAM), si bien en México existe la educación bilingüe desde 1948, la ley no siempre se cumple. “Durante un período de tiempo, el gobierno quiso establecer el español como idioma único. Así se perdió una generación. Y ahora, la globalización nos afecta, pues para ser ‘modernos’ debemos hablar español e inglés, dejando de lado nuestros idiomas originales”.

    Para colmo, amplia Espinoza Damián, si bien en las escuelas primarias de algunas zonas del país se respeta la educación bilingüe, en la educación superior no, debido a la falta de maestros capacitados.

    Además, los pueblos indígenas en México sufren marginación. “Aunque no se quiera reconocer, en México existe la discriminación contra los indígenas”, dijo Gerardo Sánchez, de 27 años, locutor y productor en idioma mazahua de XETUMI. Y afirma que estas emisoras cumplen su papel de ayudar a conservar el idioma y la cultura indígena. “Pero se necesitan maestros bilingües y apoyar la preservación cultural de estas comunidades”, agregó.

   El panorama social de México no permite ser muy optimista. Muchos pueblos indígenas han perdido sus idiomas y culturas, absorbidos por la dinámica cultural dominante.

   En 1994 el surgimiento del Zapatismo genera un movimiento indigenista muy importante en el país. Como resultado, se reforzaron esfuerzos educativos y culturales. Algunos estados, como Oaxaca, pasaron leyes en base a los usos y costumbres indígenas.

   Sin embargo, una de las mayores fuentes de la desintegración cultural y familiar de los pueblos indígenas parece ser la migración. Empobrecidos, marginados y discriminados, miles de indígenas emprenden desde hace casi dos décadas el camino hacia el norte.

   Curiosamente, muchos indígenas redescubren sus orígenes en ese exilio involuntario que es la migración producida por el hambre. “No se quiere perder lo que se es”, dice con firmeza Espinoza Damián, en relación al proceso de identidad étnica que ocurre en Estados Unidos.

   La llamada globalización, explica, no solo está liquidando los idiomas indígenas sino también las economías regionales. La entrada masiva de productos masivos y subvencionados desde Estados Unidos —como maíz— a consecuencia del Tratado de Libre Comercio, orilló a cientos de miles de pequeños pro-pietarios a dejar sus tierras y migrar, como indocumentados, a Estados Unidos.

   Asi es como surgen —o recurren— problemas de identidad étnica. “Aquí, en México, son los grupos étnicos más discriminados”, asegura Espinoza Damián respecto a los indígenas. Pero la migración, aunque pueda resolver transitoriamente cuestiones económicas, genera serios y profundos problemas. “Se rompen lazos familiares y muchos usos y costumbres están cambiando porque los hombres ya no pueden asumir sus responsabilidades”.

   La radio, entonces, juega un papel fundamental de análisis y conexión con estas comunidades. “Llevamos un mensaje a la comunidad que permite a sus integrantes conocerse”, afirma Espinoza Damián. Y concluye que dicha comunidad exige justicia y siente orgullo de lo que es y produce, a ambos lados de la frontera.

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