LA COLUMNA VERTEBRAL
El Soporte Informativo Para Millones de Hispanos
Por José López Zamorano
El encuentro de la semana pasada entre los presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto en la Casa Blanca, donde a asignatura migratoria ocupó un sitio central, confirma lo que es evidente: que México y Estados Unidos son dos vecinos cercanos y dos socios estratégicos cuyo futuro y prosperidad están inseparablemente ligados.
El tema migratorio ilustra de manera clara la visión compartida de los gobiernos actuales para lidiar de manera humanitaria, justa y digna con millones de personas que a pesar de su situación indocumentada hacen contribuciones significativas a la fortaleza de los Estados Unidos.
Más de 34 millones de mexicanos residen en este país, de los cuales 22.9 millones nacieron en territorio estadounidense. Otra proporción emigró de manera legal y millones más viven sin documentos en este país, muchos de los cuales son padres de hijos e hijas que son ciudadanos estadounidenses.
Fue oportuno por ello que el mandatario mexicano reconociera públicamente como “audaz e inteligente” la generosa decisión del presidente Barack Obama de otorgar de manera ejecutiva un alivio migratorio temporal a unos 5 millones de inmigrantes indocumentados, la mayoría mexicanos.
“Es un acto de justicia para quienes llegaron de otras partes del mundo a Estados Unidos y que hoy son parte ya de la comunidad americana”, dijo Peña Nieto durante un mensaje dirigido a los medios en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
La embajada de México en Washington estima que unos 4 millones de mexicanos que residen en el país tienen el potencial de beneficiarse de las acciones administrativas de la Casa Blanca, tanto de la ampliación del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) como su versión para adultos (DAPA).
Aunque los detalles del primer proceso de inscripción se conocerán hasta el 20 de febrero, la red de 50 consulados mexicanos registra ya un incremento notorio de la demanda de mexicanos que buscan documentos de identificación.
El presidente Peña Nieto comprometió el apoyo de su gobierno a la población migrante mexicana que reside en este país a fin de que pueda acreditar su estancia antes de 2010 y pueda reunir todos los requisitos que establezca el Departamento de Seguridad Interna (DHS).
Su gobierno anunció que los migrantes o los mexicanos que residen en los Estados Unidos puedan obtener su Acta de Nacimiento sin tener necesidad de ir a México o de gestionarla en México, toda vez que por primera vez podrán hacerlo a través de la red consular.
En reciprocidad, el presidente Barack Obama agradeció a su colega mexicano los esfuerzos de México para controlar su frontera sur, lo que ha resultado en un descenso significativo de la migración de menores procedentes de Centroamérica que se aventuran al peligroso viaje desde sus países en busca del sueño americano.
Obama aprovechó el encuentro en la Casa Blanca para refrendar el apoyo de su gobierno en temas como la seguridad y la procuración de justicia, así como continuar el proceso de modernización de la frontera, la aviación civil, profundizar la colaboración en temas educativos, reforzar el comercio y trabajar en temas regionales como el de Cuba.
Hace casi tres décadas un periodista estadounidense describió la relación de Estados Unidos y México como la de dos “vecinos distantes”.
La cita presidencial del 6 de enero mostró que los dos países han dejado atrás la era de la desconfianza mutua y están embarcados en un futuro común, de responsabilidad compartida, en busca de resultados concretos para mejorar la prosperidad no sólo de la gente de Norteamérica sino de toda la región, lo que tendrá entre otras cosas un impacto duradero en las tendencias de la migración en todo el hemisferio.