Ventanas y calendarios

Mexico del Norte
Por Jorge Mujica Murias

Dice en su último editorial del año Jorge Durand, paisanólogo director de El Colegio de la Frontera Norte, que “la ventana para la reforma migratoria en Estados Unidos” se cerró con el final del año, porque el próximo es año electoral y a nadie le interesará la discusión.

Es del tipo de opiniones que condenan a los movimientos sociales a su perdición.

Muy académicos y con poca relación con la historia y las sociedades. Corría el año 1986, año electoral, cuando los Republicanos se dieron cuenta de que no les iba a ir bien en las elecciones y decidieron echar mano del tema, precisamente, con fines electorales.

California, ya desde entonces el estado con más migrantes y con más votantes en el país, podría decidir las elecciones.
La decisión de la entonces mayoría Republicana en el Senado fue lo que hoy conocemos como la “Amnistía” del 96. La aprobaron sin tapujos. Para su desgracia, midieron mal el calendario, y Ronald Reagan no la firmó hasta dos semanas después de las elecciones, cuando ya habían sido estrepitósamente derrotados en las urnas. Pero hubo reforma y era año electoral.

Corría el año 2006, cuando se supo que en los últimos alientos del año viejo el congresista Jim Sensenbrenner se las había arreglado para que el presidente de la cámara baja, Dennis Hastert, pasara a aprobación express la HR4436, que convertía en crimen federal estar en Estados Unidos sin papeles. Se preveía su aprobación sin mayor problema en el senado en 2006, año electoral. Pero les salió el chirrión por el palito.

En vez de movilizar electores a las elecciones primarias, las organizaciones movieron a la gente a las calles, en la Primavera del Inmigrante. Las movilizaciones lograron parar en seco la HR4436 y que el Senado aprobara algo casi totalmente opuesto.

Por desgracia, las organizaciones ligadas a los partidos políticos, específicamente al Demócrata, decidieron en mayo que “la próxima marcha era hacia las urnas”, y supeditaron el futuro del movimiento al calendario electoral.

Alternativas y Partidos

Coincido en algo con Durand y su editorial. “Los latinos no van a votar por los Republicanos y los Demócratas lo saben”, dice, y obviamente le hacemos coro, de la falta de partidos alternativos, de terceras opciones.

Si, es más claro que nunca que el famoso bipartidismo gringo es uno de los sistemas pseudodemocráticos más fallidos del planeta (para los jodidos, claro; los millonarios no tienen problema).

Para los migrantes, ninguno de los dos ha funcionado, y no falta incluso razón en los argumentos de algunos de que los Republicanos nos han tratado mejor. Ahí está Reagan con su amnistía, y en contraste ahí está Obama con sus dos millones de deportados.

Pero falta otra visión de “alternativa”. Los movimientos sociales no se miden, no se pueden medir, por calendarios electorales. Y los movimientos obreros menos. Si hubiera que esperar las elecciones para pedir aumentos de salario e irse en huelga estaríamos fritos.

El 2014 es electoral, pero en vez de verlo como una ventana cerrada para el debate migratorio debíamos verlo como una ventaja, igual que en 2006. Los partidos son más susceptibles y más débiles en períodos electorales.

Un movimiento fuerte, desobediente, no electorero para “elegir más Demócratas”, sino para forzar mas Demócratas y Republicanos a acallarlo con reformas con sentido, a “apaciguar a las masas” descontentas, podría dar mejores resultados que simplemente organizar gente en la cola electoral.

A fin de cuentas, si la ventana está cerrada, siempre hay el chance de romperla de una pedrada…