Verborrea

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<p>De una manera que más que preocupar lastima, venimos observando en los contendientes políticos una notoria incapacidad para presentar ofertas inteligentes sobre sus proyectos políticos. </p>
<p>En la memoria sobre elecciones pasadas se experimentaron momentos similares; los recuerdos son efímeros y no dejaron mayor huella. A manera de ejercicio de arqueólogo, se pueden rescatan algunas frases e ideas que dejan constancia de la limitada inteligencia de partidos y candidatos, todos reprobados. </p>
<p>La frase “arriba y adelante” de Luis Echeverría no fue siquiera asimilada y provocó el reclamó del académico Jesús Puente Leyva que pedía se definiera que tan alto era arriba y hasta adonde adelante. </p>
<p>López Portillo no fue más allá del “llaméenme Pepe” pues no tenía contrincante y que ahora reedita el precandidato oficial con la súplica adicional de “…háganme suyo ‘PPMid’”, palabras sin profundidad con las que toma distancia de su presumido e incierto perfil ciudadano; faltaba más.</p>
<p>Miguel de la Madrid levantó esperanzas con la prometida “renovación moral de la sociedad”. Al final encabezó un gobierno que incurrió en múltiples actos de corrupción. </p>
<p>Carlos Salinas aportó la idea esotérica del “liberalismo social”, himno de los tecnócratas. Y Ernesto Zedillo ni siquiera hiló alguna frase célebre. El folclórico Vicente Fox acuñó el “no les voy a fallar”, Calderón la nefasta“guerra al narcotráfico” y Enrique Peña el fallido “te lo firmo y te lo cumplo”. </p>
<p>De las frases de los candidatos de la oposición nada que rescatar; todas están en la sombra del olvido, excepto quizá la denuncia reiterada sobre fraudes electorales, incorporada en su momento por cada uno de quienes han participado desde ese espacio.</p>
<p>La ciudadanía está imposibilitada para realizar un examen cuidadoso sobre alternativas y proyectos. Además de ser inundada por millones de mensajes insulsos que buscan convencer a través del jingle o la frase musicalizada a ritmo de reggae como el Na-na-na del Movimiento Ciudadano; pegajosa pero carente de contenido. Peor aún será la ruta obligada de las diatribas y acusaciones sin fin, a las que ya nos tiene acostumbrados los merolicos de partido, donde a base del jitomatazos y huevos podridos se festina el mensaje político.</p>
<p>Sin embargo, no es remoto que ésta vez la ciudadanía asuma con entereza su grave responsabilidad, y en un acto de honestidad y compromiso patriótico para las nuevas generaciones, se aplique a ejercer su derecho al voto a favor de la fórmula que garantice, de una buena vez, la mejor opción de gobierno para rescatar al país de la corrupción, impunidad y mal gobierno al que hemos estado sometidos por lo menos en los últimos 50 años; es decir tres generaciones perdidas (1968-1988-2008).</p>

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Francisco Barbosa