Comentario:
By Maribel Hastings
ORLANDO, Florida – Si la campaña del presidente Barack Obama coloca a Florida en la lista de estados que pueden inclinarse a uno u otro partido el 6 de noviembre, una visita a la región central revela por qué. Votantes hispanos entrevistados expresaron falta de entusiasmo con el proceso, unos aseguran que no votarán, otros permanecen fieles a sus respectivos partidos, y otros, los más, están indecisos: molestos con Obama por diversos asuntos, pero tampoco convencidos por la alternativa republicana de Mitt Romney. El voto hispano de esta región central de la Florida se perfila como uno de los más oscilantes en la próxima elección.
Cuatro años atrás la región central de Florida no estuvo ajena al entusiasmo que arropó al país por un candidato, Obama, que ofreció cambio y esperanza. Miles abarrotaron los parques y recintos donde se llevaron a cabo actos de campaña.
Obama ganó en Florida, hazaña que sólo había logrado el demócrata Bill Clinton en 1996. Y el voto hispano fue clave.
Cuatro años después la historia es diferente.
Florida ha sido azotada por el desempleo y los embargos hipotecarios. Y aunque la zona central está conformada mayormente por puertorriqueños que son ciudadanos estadounidenses, la falta de reforma migratoria también resuena entre este sector ya sea porque afecta a familiares, conocidos, a la economía o simplemente por empatía.
En gasolineras, supermercados, restaurantes e iglesias, el común denominador entre votantes hispanos es la desmotivación.
“Voy a votar porque es un deber. Pero honestamente no estoy entusiasmada porque los candidatos a presidente no me motivan. En esta campaña no hay nada que nos motive a decir que ésta es la persona adecuada para lograr un cambio para todos, no sólo para un grupo”, dijo Deborah Soto, una republicana que se coloca en la columna de votantes indecisos.
La mujer de origen puertorriqueño señaló que dos asuntos le preocupan: que no exista un plan de ayuda para las personas que mantienen sus hipotecas a flote gastando sus ahorros y planes de retiro, y la inmigración. “Me causa tristeza la división familiar”, indicó.
Soto también aboga por los Soñadores o DREAMers y como otros entrevistados, tanto demócratas, como republicanos e independientes, afirmó que ante la falta de reforma migratoria si Obama amparara a estos jóvenes de la deportación mediante una orden ejecutiva, eso la motivaría a votar.
“Eso me entusiasmaría. Si él dice ‘voy a hacer esto y estos son los pasos’, definitivamente tendría el voto mío”, declaró.
Otra votante independiente, también indecisa, coincide. “Definitivamente me motivaría a votar por él”.
Incluso entre algunos republicanos resuena la posibilidad de que Obama gire una orden ejecutiva amparando a los DREAMers sobre todo porque las posturas de mano dura de Romney en inmigración los desalientan.
Ambar es republicana, votó por primera vez en 2008 por John McCain, pero ahora está indecisa. Una orden ejecutiva de Obama para amparar a los Soñadores “no sería el único factor (para decidirse por Obama), pero sería uno fuerte”. “Si todo estuviera parejo (entre los dos candidatos), excepto por eso (que concediera el alivio administrativo), votaría por Obama”, declaró Ambar.
Para Wilmer Enoch González, puertorriqueño y republicano, la economía determinará por quién votará, pero la inmigración es importante, sobre todo que se ayude a jóvenes talentosos “que pueden contribuir a lo que más me preocupa, que es la economía”. Está indeciso, aunque inclinado a Romney.
“Pero si el presidente firmara una orden ejecutiva (para amparar a los Soñadores) tendría un pie aquí (con Obama) y otro allá (con Romney), aunque en este momento no estoy muy inclinado a apoyar al Señor Obama”, afirmó.
Mucho se rumora que Romney suavizaría su duro historial migratorio colocando a un hispano como su compañero de fórmula, por ejemplo, al senador Marco Rubio, de Florida, que cocina una versión republicana del DREAM Act consciente del abrumador apoyo hispano a la iniciativa.
Entre algunos hispanos republicanos, la posibilidad es positiva pero no sería determinante. “Si Romney escoge a Marco Rubio hay una motivación porque es latino y representa mi rostro, pero tiene que ir más allá, decir qué propone hacer por nosotros”, sostuvo la republicana Soto.
“No sé quién es ese señor”, afirmó una republicana dueña de un restaurante en Orlando al preguntarle sobre Rubio.
Otro factor para la falta de entusiasmo de muchos votantes hispanos de la Florida Central es la decisión de Obama de apoyar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Invariablemente, latinos evangélicos y otros que no lo son, lamentaron la decisión.
“Voté por Obama en 2008. No estoy seguro que voy a votar por él otra vez. Se inclinó a los matrimonios del mismo sexo y ahora uno está entre la espada y la pared. Hay que votar por él porque es el demócrata y los republicanos no son alternativa. Si le damos el voto es porque no hay otra opción, pero no es porque estemos motivados”, señaló un joven.
El Reverendo José Elías González, de la National Latino Evangelical Coalition, opinó que la administración y la campaña de Obama subestimaron la reacción que el apoyo a los matrimonios del mismo sexo generaría entre los votantes latinos evangélicos.
“Hay un dicho que señala que si quieres saber cuán fría está el agua, pregúntale a los peces”, señaló González. La decisión de Obama de apoyar los matrimonios del mismo sexo podría costarle “miles y miles de votos” al presidente, pronosticó González, sobre todo porque no ha demostrado el mismo ahínco en defender la reforma migratoria.
Una joven demócrata, hija de la dueña del restaurante de Orlando, admite que el apoyo de Obama a los matrimonios del mismo sexo puede desmotivar aún más a ciertos sectores de votantes hispanos, pero si Obama hiciera algo por los Soñadores “entusiasmaría al votante latino”.
Si lo hará, está por verse. De lo que no cabe duda es que el voto latino del corredor I-4 sigue escuchando ofertas.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice