Commentary

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<p>No sorprende que al iniciar el año los candidatos a ocupar cargos públicos, a través del proceso electoral de 2018, recurran al mensaje tradicional de desear felicidades a la ciudadanía y así tratar de caracterizarse como la mejor opción de la canasta política.</p>

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<p>Terminó un largo 2017, los sucesos nacionales e internacionales son un largo listado de momentos álgidos, críticos, delicados y preocupantes; el balance no es lo bueno que hubiéramos esperado y deseado hace 365 días.</p>

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<p>De manera superficial, la mayoría de las veces, y otras que en las que se evidencia ignorancia supina, el Primer Mandatario se enfila hacia los últimos meses de su administración.</p>

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<p>Aquel que critica al mismo sistema corrupto que lo ayudó a enriquecerse, es un verdadero hipócrita.</p>
<p>Aquel que muerde la mano de los que un día le dieron de comer, es un verdadero hipócrita.</p>
<p>Aquel que despilfarra comentarios soeces y negativos en contra de los personajes que lo llevaron al poder, es un verdadero hipócrita.</p>

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<p>En la recta final del año 2017, los sentimientos que se experimentan, como ejercicio saludable de reflexión se inclinan, naturalmente, hacia los aspectos que pusieron en riesgo diferentes aspectos de la vida individual, familiar y comunitaria.</p>
<p>Recordando los sucesos de corte estrictamente personal, fue para las grandes mayorías un tiempo de dolorosas pruebas. Los fenómenos naturales que se registraron lo largo del año superaron índices de gravedad históricamente registrados. </p>